Especialistas advierten incremento en consultas relacionadas con estrés infantil

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    Los doctores María Estela Berit y Carlos Vega, especialistas en salud mental infantil explican los síntomas que todo padre debe tomar en cuenta y buscar asesoría cuando se noten de manera sostenida

    Uno de los grupos de edad que más ha visto cambiar sus rutinas en medio de la pandemia es sin duda el de los niños, niñas y adolescentes, quienes pasaron de compartir estudios y juegos con niños de su edad a confinarse con su familia por poco más de un año, teniendo que responder a las obligaciones escolares a distancia.

    Como era previsible, los especialistas en salud mental infantil indican que las consultas con respecto a casos de estrés y depresión infantil se han incrementado en Ovalle, donde padres y apoderados han notado cambios conductuales en los pequeños que les han hecho buscar a los especialistas.

    La doctora María Estela Berit, psiquiatra infantil del Hospital Provincial de Ovalle, señaló a El Ovalino que si bien la prevalencia global de consultas y casos tratados se mantiene en un 20% de la población infantil, en Chile, desde el estallido social de octubre de 2019, hasta la fecha, se han hecho más evidente el incremento en las consultas en psiquiatría infantil.

    Destacó que se ha notado un incremento en las consultas de psiquiatría en pacientes con edades comprendidas entre los 7 y los 18 años de edad, que tienen que ver con algunos trastornos de depresión de moderada a severa, consumo de sustancias y trastornos de ansiedad.

    “Esto sea evidenciado por todos los cambios sociales y familiares, y ha servido para que también los padres se den cuenta de algunas alteraciones que ya tendrían los niños o que pasaran casi desapercibidas, y con esto, han aumentado las consultas”, explicó Berit.

    ¿Cómo diagnosticar el estrés y la depresión en los niños?

    -“Todo cambio en el patrón habitual en el niño, debe generar una consulta, siempre que el cambio sea sostenido o mantenido, ya sea a nivel conductual o expresado. Hay criterios diagnósticos muy establecidos; mientras el niño es más chico, los síntomas físicos son los que prevalecen, mientras que en los adolescentes se pueden asimilar o se pueden parecer a los síntomas de los adultos. Cuando hablamos de estrés debemos entender que el estrés bueno es la adaptación al cambio, pero cuando hablamos de estrés, o estrés malo, es todo aquello con lo que nos veamos sobrepasados”, destacó la especialista.

    Agregó que cuando se habla de trastornos del humor o de depresión, no se puede enfocar solamente de una tristeza ocasional, sino de una sostenida con alteraciones conductuales evidentes.

    “Hay depresión cuando los niños dejan de realizar ciertas actividades que antes le parecían placenteras, además de cambios del sueño, mientras son más pequeños hay cambios comportamentales más evidentes ya que se muestran más irritables o más perezosos, y cuando hablamos de un trastorno de ansiedad es un miedo intenso a situaciones que antes no se veían”.

    Sensibles al cambio

    En tanto el doctor Carlos Vega, psicólogo clínico del área infantil del recinto de salud, señaló que “los niños son más sensibles a los adultos a los cambios, y hay que tomar en cuenta que es un cambio importante estar confinado en casa, alejado del colegio y con muchas restricciones, por lo tanto se puede comprender que un niño reaccione de alguna forma diferente”.

    Destacó que los niños más chicos pueden demostrar esos miedos de distintas formas físicas, mientras que en la medida que van creciendo lo van demostrando de otra manera e incluso lo van verbalizando, a través de quejas y reclamos sobre su situación.

    “Cuando una persona se ve sometida por períodos muy largos a situaciones de estrés, pueden desarrollarse patologías psiquiátricas, que es lo que pueden aumentar la incidencia de los casos”.

    ¿Las clases a distancia pueden generar estrés?

    -“Si las situaciones conflictuales cambian, producto de la pandemia, lo que tienen que hacer los padres es tratar de facilitar un ambiente predecible para el niño. En ese contexto las rutinas son recomendables para que le entreguen seguridad al niño, porque sería un ambiente conocido por él. En la medida que el niño adquiere las clases como una rutina, debería ir disminuyendo la ansiedad, porque estaría haciendo algo conocido por él, incluso con juegos dentro del hogar para abordar eficientemente los cuadros de estrés en los niños”, señaló Vega.

    Recomendó que en la rutina se deben tomar en cuenta las horas de descanso, de alimentación balanceada, y prevenir que estén conectados mucho tiempo a las redes sociales.

    “En niños más pequeños es recomendable que los padres estén tranquilos y que transmitan esa tranquilidad, y que vayan alternando los deberes con actividades lúdicas”.

    Casos adolescentes

    Señaló Vega que en los adolescentes y jóvenes puede mediar la palabra, ya que tienen gran capacidad de comprensión por lo que se pueden explicar verbalmente, no solo en la parte emocional.

    “Una labor importante de los padres es la de establecer un adecuado nivel comunicacional con los niños. En cuanto al acceso a redes sociales hay que marcar límites, porque el hecho de estar conectados no le permite hacer otras actividades a los niños, como actividades deportivas o simplemente explorar otros intereses”.

    Berit a su vez agrega que no se trata de prohibirlos totalmente, sino de limitar su uso de manera consensuada con horarios convenidos, incluso para comunicarse con sus amigos.

    Comunicación adentro

    Señaló Berit que la comunicación intrafamiliar también cambió, y que no todas las familias se han sabido adaptar, traduciéndose esto en que los padres que cada vez conversan menos con sus hijos.

    ¿Sirven las labores domésticas como terapia?

    -“Claro, porque eso forma parte de la rutina, no solamente que sea responsabilidad de una sola persona, sino que todos pueden colaborar, compartiendo las labores según los días y los participantes”.

    ¿Superada la pandemia podrían surgir nuevas patologías?

    -“Hemos considerado que de aquí en adelante posiblemente podamos estar frente a trastornos, la depresión que igual se va a mantener, la ansiedad que seguramente registrará un aumento, porque sería una nueva forma de adaptación escolar”.

    ¿Qué aspectos podríamos definir como positivos en esta pandemia?

    -“El hecho de que nos reconozcamos y nos conocemos en esta nueva adaptación, porque es un impacto para todos, para nuestros niños y para nuestros padres. Y el hecho de que los padres estén más involucrados con las actividades de los niños, es beneficioso porque el niño no se siente solo sino acompañado”, señaló Berit.

    De hecho Vega consideró que los adolescentes estiman como positiva la pandemia por el hecho de que han retomado la comunicación familiar. Ya que en muchos casos los padres también se han visto forzados a trabajar desde la casa y eso les ha favorecido.

    Finalmente reiteraron a los padres a no tener miedo a acudir a controles si notasen algún cambio comportamental o de humor en los niños.

    “Las enfermedades mentales existen como cualquier otra enfermedad y que en nuestros niños la depresión sí se ven los trastornos de ansiedad sí existen, y hay que darles el valor y el reconocimiento de que algo no está bien, que está cambiando de manera sostenida la forma de ser de nuestros niños y que tenemos que acudir a consultas, sin temor, y sin etiquetar a los niños como flojos o irritables”, puntualizó la especialista.

    Destacaron el esfuerzo profesional tras la página oficial del Ministerio de Salud y la sección Saludablemente, al que pueden acceder para interiorizarse de consejos y situaciones relacionadas con la salud mental.