El último video club de la región se resiste a morir

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    Títulos clásicos, cine alternativo y también estrenos puedes encontrar en Video Imagen, tanto en Blue Ray como en DVD. (Foto: Rodolfo Pizarro)

    No le gustan las fotos porque dice que su tienda habla por él. Es Miguel Montecinos y es el dueño del único videoclub de la región que sobrevive ante la avalancha de las multiplataformas que abundan por estos tiempos.

    Desde que mejoró sustancialmente la velocidad y descarga en el 2010, internet se convirtió en el principal oponente de todos los videoclubs del país y el mundo. Muy conocido fue el cierre de la cadena internacional Blockbuster, quienes en el apogeo de la venta y arriendo de cintas de VHS fueron los amos y señores en todo el mundo. En Chile ya no quedan locales de esta cadena y lo mismo ocurrió con cientos de locales con único dueño que en toda la región estuvieron obligados a desaparecer.

    Además de internet, donde cada usuario puede descargar la película o serie que guste, desde hace tres años que el boom de las multiplataformas (como Netflix) hirió profundamente a las videoclubs que agonizaban. De hecho en el año 2016 solo se registraban dos de estos negocios en Ovalle y ahora solo queda en pie el trabajo de Video Imagen, quien resiste con fuerza todo embate.

    Ubicado en calle Independencia (entre calle Coquimbo y Ariztía Poniente) Miguel enfrenta estoicamente esos ataques que hasta el momento no han logrado herirlo de muerte. Llegó desde Chillán y junto a su familia en el año 1999 comenzó con la venta y arriendos de películas en su primer local ubicado en avenida Manuel Peñafiel, en el comienzo a la salida norte de Ovalle.

    “Siempre tuve el hobbie de coleccionar películas desde niño, por juego, siempre llevaba un control de qué era lo que vía y qué tenía. Después de hacer varias cosas, estudiar administración de empresas y trabajar, comenzó de esa forma”, cuenta, mientras atiende al público.

    La recepción del público fue muy buena al comienzo, porque ya existían dos locales en Ovalle que estaban ubicados en Libertad con Arauco y el otro en calle Coquimbo, pero tenían otro concepto, más frío, la gente se quejaba de que no encontraba lo que quería, era muy estricto.

    “Yo llegué con una propuesta más rápida, más entretenida, y fue pegando. Así fue creciendo de a poco hasta llegar a tener tres locales”, dice.

    Fue así como las buenas ventas obligaron a instalar dos nuevos locales, uno en calle Libertad esquina Coquimbo y el actual recinto de calle Independencia.

    Eran buenos tiempos para aquel rubro comercial. Las personas contaban con reproductores de cinta VHS en sus hogares, a medida que los DVD comenzaban a posicionarse. Era el tiempo en que no era necesario asistir al cine para poder observar tu película favorita, esa que esperaste meses para que se estrenara en Ovalle. Y los videoclubs fueron los proveedores de aquel material.

    Y para atraer al público ante la competencia, Miguel prefirió un estilo de atención basado en la cercanía y confianza.

    “Nosotros no quisimos que esto fuera una mera transacción comercial. Pusimos el plus en calidad de atención. Incluso a las muchachas que atendían les hacíamos una especie de inducción para que aplicaran ese plus, en vez de saber tanto de cine. Que se tomaran cinco, diez o los minutos que fueran para conversar con el cliente y dar todas las facilidades. Muchos nos hacen críticas de cine, yo recomiendo algunas películas”, recuerda.

    El peak de ventas y arriendos de material cinematográfico se vivió entre los años 2004 y 2008 para Miguel. En aquella época había escasas posibilidades en la ciudad de disfrutar del cine, ya que el ex Cine Cervantes apenas sobrevivía y gran parte del público escogía a los videoclubs como una opción. Para Video Imagen fue tiempo para aprovechar ese boom para innovar. Ya no solo arrendaba y vendía películas, sino que también bridaba la posibilidad de disfrutar de los videojuegos, tanto el arriendo como jugar en la misma tienda.

     

    MOMENTO DE LA INNOVACIÓN

    Con el avance de internet y la fibra óptica, permitió que las personas pudieran en sus casas acceder incluso a los estrenos fílmicos en la comodidad de su hogar. Con esto, varios habituales clientes dejaron de acceder al contenido que Miguel tenía. En ese momento, las ventas decayeron y solo se quedaron con el actual local de calle Independencia. Este era el tiempo de buscar innovación, para no morir de la misma forma como lo hicieron sus colegas.

    “Comenzaron a decaer algunos locales del centro que nunca se modernizaron, que no pasaron a la siguiente etapa, se quedaron ahí pegados en los antiguos, en lo clásico, no innovaron en tecnología más nueva ni nuevos formatos, algunos se quedaron en los cassette, en videojuegos antiguos”, recalca.

    Para aquello, se masificó en un comienzo el DVD y ahora el Blue Ray es el formato de mejor calidad en imagen y sonido que existe en el mercado. Este formato es su ‘caballito de batalla’, ya que las multiplataformas no pueden brindar esta experiencia.

    “Soy el único en la región que va quedando, porque el boom de las plataformas fue muy fuerte, desde internet, los sistemas de televisión por cable también tienen la opción de arrendar películas. Pero había que innovar y llegó el 3D y la alta definición, por lo que internet ya no competía al mismo nivel contigo. Internet es un poco más lento y no entrega la misma calidad. Ahí ganamos y le pegamos fuerte con la alta definición, fue nuestro punto a favor”, destaca.

    Además, en su tienda ofrece venta y arriendo de videojuegos para Play Station 4 (un gran golpe al mercado, ya que este formato no permite la piratería todavía, por lo que sí o sí se debe contar con juegos originales) y un flipper arcade para los nostálgicos.

    “Hay que cambiar, de lo contrario, te vas a ir quedando estancado. No quiere decir que cambie la esencia de la tienda, pero hay que entregar otras plataformas y formatos para que el público sea accesible y tentador. Puede que sea una tienda muy querida, pero si no es tentador, la gente no va a venir”, dice.

    Por ahora, continúa bridando la posibilidad para que las personas puedan disfrutar de títulos cinematográficos de estreno y otro tipo de cine arte y clásicos que no es posible acceder en los cines tradicionales. Para un tiempo más proyecta el retorno de la venta de música en vinilo y cassette. Pronto agregará la realidad virtual, para convertir a Video Imagen en una tienda vintage, que mezcle los recuerdos y las nuevas experiencias, con el objetivo de mantenerse vigente.

    El cliente

    Juan es un cliente desde comienzos de la década del 2000 y prefiere las ventajas del Blue Ray que puede encontrar en el videoclub de Miguel.

    “La televisión ya no sirve para nada, en la tv por cable dan solo películas cortadas y las mismas de siempre. Yo prefiero comprar las películas y la veo cuando quiero y sin cortes ni publicidad. Además, la calidad de imagen no es muy buena. Es el único video club que va quedando en la región y para mí es bueno que se mantenga, porque no tendría de dónde obtener películas. Estas son buenas, originales y la calidad de audio y video es la máxima”.

     

    Cinemark no hizo ni cosquillas

    En el año 2013 abrió sus puertas Open Plaza Ovalle, primer gran centro comercial en la ciudad. Dentro del mall se encontraba la cadena internacional Cinemark, lo que Miguel creyó en un comienzo podría ser una seria amenaza para su local. Pero no fue así.

    “La llegada del cine a Ovalle yo lo tomé con cuidado. Pudo ser dañino a la tienda, pero produjo un efecto contrario, porque en el cine las películas son pocas en cartelera, llegan las películas más comerciales. Hay películas que el cine no las trae, pero sí las encontrarán acá y las podrás ver en la comodidad de tu casa, sin que te molesten y las puedes ver cuántas veces quieras. Con el cine no podría decir que es una competencia”.

     

    Coco, también un éxito

    Tal como en la taquilla, la película infantil ‘Coco’ también fue un éxito en Video Imagen. Según cuenta Miguel, muchos padres vieron el film infantil junto con sus hijos en el cine y querían volver a verla en casa, por lo que se dirigieron al videoclub a arrendarla y comprarla. De hecho, están todas arrendadas y vendió la mitad de su stock.