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Estefanía González
El sector cuenta con vestigios de antiguas civilizaciones que habitaron la provincia, petroglifos que cuentan sobre su forma de vida, creencias y como observaban el cielo.

Estefanía González

Ovalle

 

Visitar el Rincón Las Chilcas en Combarbalá es trasladarse en el tiempo y ver in situ un pedazo de esa historia anterior a la llegada de los españoles al territorio. Hasta hace aproximadamente 2.000 años, cuando estaba asentada la cultura Molle y el sitio elegido para sus ceremonias y estudios astronómicos era en ese lugar ubicado hacia la precordillera de la comuna estrella, cercano al cerro Chaguareche, un cerro con connotación sagrada para los pueblos originarios.

 

En el lugar, reconocido como sitio arqueológico, existen más de 230 petroglifos del período prehispánico, identificados con la cultura Molle, que cuentan un poco de su forma de vida y de como utilizaban la observación astronómica para crear un calendario propio que les ayudaba a sus actividades ganaderas y agrícolas.

 

Diario El Ovallino visitó el rincón Las Chilcas, un sitio realmente mágico, y altamente interesante. Al llegar nos recibió Gabriel Tapia, propietario del terreno donde se ubica y quien desde el año 2001 se dedica a guiar a los turistas que llegan allí y también a contar su historia y de como aprendió a interpretar las que en un principio le parecían solo “piedras rayadas”.

 

Y es que antes de 1986, cuando llegó al fundo Las Chilcas, se dedicaba a la transhumancia  “era pequeño criancero y pequeño agricultor”, nos comentó Tapia, asegurando que para que el sitio arqueológico se convirtiera en lo que es hoy confluyeron varios factores.

 

“En el año 86 para mí era una piedra rayada no más, una piedra con monos, como cualquier otra. Ya después de ese año comenzó la prohibición del pastoreo en verano a la provincia de San Juan, también, más adelante, estaba la idea del observatorio Cruz del Sur, entonces yo empecé a conocer a mucha gente, amigos combarbalinos y la gente del planetario. Después se empezó a conformar todo este tema del sitio arqueológico, al principio era un poco complicado cuando llegaba la gente pensando que yo sabía el significado, ellos venían a aprender y que yo les enseñara y ahí tuve que recurrir a la universidad de la vida asociando la transhumancia, la conexión con la astronomía, la fe y la dependencia de la naturaleza”, recuerda Tapia, quien, actualmente hace un recorrido por el sitio interpretando los diferentes dibujos en las piedras y relacionándolos a temas como la fertilidad y demostrando gran conocimiento de la cultura que una vez vivió allí.

 

“Acá la cultura sería la Molle, un pueblo con ascendencia del amazonas, por los objetos característicos de sectores selváticos, la tembetá, las tiaras, y la conexión con el ave de la sabiduría, esto se dataría desde 1500 a 2000 años atrás” nos explicó, agregando que además del recorrido interpretativo cuenta a los visitantes su propia historia de transhumancia y de como se asocia la cultura campesina con los pueblos originarios.

 

TURISMO ARQUELÓGICO Y ASTRONÓMICO

 

El interés por conocer el pasado ha contribuido que más visitantes se acerquen al Rincón Las Chilcas, un lugar que si bien disminuyó su cantidad de turistas durante la pandemia, ahora se ha incrementado con fuerza. “El año pasado fue muy bajo, pero en verano aumentó y harto, esto no paró a fines de febrero, sino que siguió hasta principios de marzo y se detuvo porque vino la primera fase dos acá y después bajamos a cuarentena. Ya en fase tres la gente volvió otra vez, y desde vacaciones de invierno ha estado bien continuo”, manifestó Tapia, añadiendo que en la actualidad se observa un mayor interés de parte de turistas locales.

 

“Lo que me he dado cuenta que el turista de Coquimbo, La Serena y Ovalle se está viendo mucho más que antes de la pandemia, antes el visitante era de la región de Valparaíso o Santiago y ahora la gente está buscando sectores aislados de grandes aglomeraciones por este tema de la pandemia” añadió, indicando que con las mayores libertades como la desaparición del toque de queda también llega más gente al observatorio Cruz del Sur, uno de los grandes atractivos de la comuna, por lo que aumentan quienes llegan al sitio arqueológico, donde también se pueden observar los astros. “Antes con el toque de queda el observatorio Cruz del Sur se veía limitado con sus tours y eso reducía la venida de turistas, como que mermaba un poco” expresó, indicando que en este tour ofrece parte de la experiencia Limarí, donde se puede encontrar “tranquilidad  seguridad, gente amable, petroglifos, cultura y saberes campesinos”.

 

Es importante mencionar que Rincón Las Chilcas es apoyada por la Red Asociativa Turística Limarí, una agrupación de empresas privadas relacionadas a la industria del turismo cuyo objetivo en común es posicionar a Limarí como un destino turístico de aventura, naturaleza, turismo responsable y puesta en valor de los oficios tradicionales de las comunidades rurales.

 

 

 

 

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