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La actividad, que tiene como objetivo fomentar y concientizar sobre la donación de órganos y los planes preventivos contra el cáncer, congregó a Bomberos de todo el país. Raúl Sepúlveda y Rigoberto Miranda fueron los dos únicos representantes del Limarí en el exigente desafío

Este domingo se realizó la sexta edición de la convocatoria “Corremos por la Vida” organizado por el Cuerpo de Bomberos de Santiago, cuyo mensaje para este año es “El Desafío del Reencuentro”, (el año 2020 se hizo de manera online por la pandemia del COVID), pero que este año, dado los avances en el plan paso a paso determinado por las autoridades sanitarias y bajo todas las medidas de seguridad, se volvió a realizar de forma presencial.

La actividad consiste en subir los 62 pisos del edificio Torre Costanera con uniforme completo de bombero, que pesa casi 25 kilos, y así reconocer a todos los “héroes de corazón” del país a través de los cerca de 800 voluntarios y voluntarias de diversas compañías de Chile, quienes se inscribieron para ser parte de esta nueva versión.

De esta forma, además de demostrar las habilidades de los bomberos para el combate de los incendios y hacer un llamado a la realización de actividad física, tiene como propósito principal la promoción de la donación de órganos en Chile y el desarrollo de planes preventivos contra el cáncer.

Limarí presente

Los dos únicos bomberos de la provincia del Limarí que participaron en la actividad fueron el teniente Raúl Sepulveda, de la Tercera Compañía y el voluntario de la Primera Compañía Rigoberto Miranda.

Al respecto, Sepúlveda explicó a El Ovallino las razones por las cuales decidieron aceptar la invitación.

“Nuestra motivación es para apoyar a las instituciones que trabajan con temas de cáncer y para visibilizar los avances en cuanto a la nueva Ley de Trasplantes de Órganos, para hacerla más conocida a nivel nacional, incluso para que más personas del Cuerpo de Bomberos se vayan integrando y motivando a conocer de esa Ley”, señaló.

Explicó que esta fue su primera participación en la actividad, ya que la del año pasado se hizo de manera telemática.

“No es una competencia, es un desafío para ponernos a prueba nosotros en nuestro acondicionamiento físico, los niveles de salud. Ojalá más bomberos se sumen porque es una bonita gestión, porque no todo es apagar incendios o rescates vehiculares o de animales, sino que estas actividades también sirven para conocer a más personas de otros cuerpos de bomberos de otras regiones”.

Mental

Para Rigoberto Miranda la convocatoria para subir los más de 2100 escalones representa además una lucha mental.

“Ya por pertenecer Bomberos tenemos cierta preparación física, igual nos preparamos un poco antes, aunque no mucho, quizás menos de un mes. Queríamos ir a ver cómo era esa experiencia, de subir el Costanera Center, de ver otros cuerpos de bomberos”, señaló el uniformado.

Destacó que conversando con representantes de diferentes Cuerpos de Bomberos del país, coincidían es que la preparación mental es fundamental.

“El desafío igual fue fuerte, pero más que físico es un desafío mental, porque no es un desafío con el resto, sino que es con uno mismo, a superarse a sí mismo. Cuando llegas al piso 50 te pesan las piernas y se te dificulta levantarlas, pero cuando ya vez llegando a la meta se siente la brisa, el aire, y cuando llegas a la cima la vista lo paga todo. Todo el esfuerzo, todo lo que hicimos, lo que realizamos, valió completamente todo”.

Agregó que la inscripción al evento iba en ayuda a las fundaciones es instituciones que trabajan con donantes de órganos, que finalmente es una obra benéfica para recaudar fondos para una fundación.

 

 

 

 

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