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Leonel Pizarro
Combatiendo las falencias digitales de mujeres en el marco de la pandemia, la fundación de carácter nacional ha desarrollado diferentes programas de apoyo para sus participantes.

Los programas que siempre fueron presenciales tuvieron que transformarse en digitales de la noche a la mañana. Pero pocos detectaron las fallas en el sistema y colaboraron para solucionarlos.

Una de las instituciones que tomó la decisión de fortalecer la conectividad fue la Fundación Promoción y Desarrollo de la Mujer quienes desarrollaron un plan para que las participantes de sus actividades tuvieran conexión a internet y además le sacaran el mayor provecho.

Paola Diez y Dinka Herrera, directoras a nivel nacional y regional de Prodemu, respectivamente, estuvieron este miércoles en Ovalle para entregar insumos a un colectivo de sus integrantes.

“Prodemu es una institución que tiene presencia en la gran mayoría de las provincias del país, dedicada al empoderamiento de las mujeres, lo cual hacemos a través de acompañamiento, capacitación e información para que vayan teniendo cada vez más autonomía y de esa forma mejorar su calidad de vida”, comentó la directora nacional.

Actualmente la manera en la que la institución llega a sus usuarias es muy diferente a como lo hacía el año pasado, enfrentando este año el desafío de la pandemia y de cómo convertirse en una herramienta utilitaria para las participantes y sus familias en estas condiciones.

“Nuestra principal herramienta era la capacitación presencial en grupos, que tiene una magia diferente cuando se hace así, pero tuvimos que digitalizar nuestros procesos rápidamente, en un tiempo record, en lo que denominamos Plan de Acción para el Empoderamiento en el contexto de la pandemia. Así que de ocho programas, los priorizamos a tres”, señaló Diez.

Bajo los parámetros del confinamiento, refirió que una de las primeras decisiones que tomaron fue contactar a las mujeres en su base de datos y detectar sus condiciones de salud, la situación laboral o la distribución de cargas familiares, entre otros indicadores.

“En cuatro meses conversamos con más de 35 mil mujeres y supimos que su primera preocupación era la salud de la familia y luego la calidad e ingresos por el trabajo, había miedo, angustia, estrés. Y fuimos detectando cambios emocionales a medida que avanzaba la pandemia, sobre todo por la carga laboral y de responsabilidades que tenían las participantes”, detalló.

Señaló que con ese diagnóstico y detectando la falencia en conocimientos, equipos e insumos tecnológicos para conectarse, que determinó que al menos el 20% de las mujeres no tenían conexión a internet, o no tenían un teléfono inteligente o computadora, o si los tenían no lo sabían ocupar, y es cuando nace la Ruta del Empoderamiento Digital, que ha beneficiado a tres mil 300 mujeres en el país enseñando competencias y habilidades comunicacionales, sociales y tecnológicas.

El plan, a diferencia de otro programa de apoyo económico directo, entrega aparatos telefónicos con conexión a internet por un año a las mujeres participantes para que puedan desarrollar o comercializar sus emprendimientos, acceder a búsquedas de empleo por internet, o buscar la información que requieren para sus hogares.

“Esto ha tenido un impacto tremendo, porque les entregamos el teléfono, con conexión a internet por 18 meses y ha sido muy valorado este programa”.

Apoyo local

“Otro plan que llevamos es la Ruta de las Organizaciones, para grupos sociales no necesariamente formalizados, así que trabajamos mucho con ollas comunes de diversos sectores, y les entregamos un fondo de 100 mil pesos para insumos y equipos de su organización y además vamos a entregar hoy (miércoles) cinco teléfonos a un grupo de mujeres indígenas a quienes hemos estado capacitando en la Ruta de Empoderamiento Digital”, destacó por su parte Herrera.

Informó que la actividad puntual se realizó con las mujeres de la población Bella Vista en Ovalle, con quienes detallaron técnicas de resolución de conflictos, de cómo organizarse socialmente y como postular a proyectos, entre otras temáticas.

“La junta de vecinos de la población Bella Vista organizó la olla común y en medio de la cuarentena fueron centro de acopio y entregaban cajas de alimentos a los mismos vecinos, entregando incluso almuerzos”, destacó la directora regional.

 

 

 

 

 

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