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Según los reportes tomados por los estudiantes de la Escuela Las Breas, habrían caído 1,5 mm de agua. Esto en el marco del proyecto de ciencia ciudadana que realizan en conjunto con CEAZA

Diversas reacciones han dejado la lluvia y nieve que, desde el día lunes ha dicho presente en la Provincia del Limarí. Y no es para menos ya que, la problemática que se vive en la zona ha significado perdidas dentro de la agricultura y ganadería en las cinco comunas de la provincia. El presidente de la Junta de Vecinos y criancero comunal de la zona, Osvaldo Pérez, ha sido testigo de esta problemática: “el agua potable ha sido una gran dificultad; llevamos meses sin regar porque tanto el rio como las norias están secas”.

Otro conflicto que tiene en vilo a las personas que habitan el pueblo Las Breas son las dificultades que han tenido al momento de criar animales, no solo por la escasez hídrica, sino también por la falta de alimento disponible.

Según indica la máxima autoridad vecinal de Las Breas, las difíciles condiciones ambientales han significado pérdidas económicas, esto debido a la dificultad que tienen los camiones al momento de transportar agua y alimentos. “Los pocos que tenemos ganado solo podemos alimentarlos con forraje y eso nos complica porque nadie está dispuesto a llegar hasta nuestro pueblo para entregar pasto o comida por la lejanía. Eso implica que los costos alimenticios suban más”.

Sin embargo, las precipitaciones reportadas esta semana han provocado que los ciudadanos de las comunidades más afectadas por la sequía puedan sentir algo de esperanza.

“Ojalá siga lloviendo porque nos beneficia a todos en general, tanto a los crianceros como a los agricultores. Si llueve en la cordillera o cae nieve nos va a mejorar la vida, podremos regar y sobre todo tendremos agua potable para vivir”, apunta Pérez.

Para todos

Quien también valoró el evento climático fue la alcaldesa de la comuna, Carmen Juana Olivares quien se mostró feliz con la nieve que cubrió la cordillera. “La lluvia nos permite a conservar el agua para consumo humano, tanto en El Troncal como lo que llevamos en el sector secano”.

La edil no dudó en augurar que las cosas mejorarán para los habitantes de su comuna. “Esperamos que en este frente que viene podamos tener lluvia para los campos para que así exista pasto para el forraje animal y también para que podamos proyectarnos en la pequeña agricultura campesina”.

Educación medioambiental

En tanto la directora de la Escuela Básica de Las Breas, Katherina Portilla Ramírez, reconoció que se sintió sorprendida al ver cómo había nevado en la parte alta de la comuna. “Fueron días de viento y lluvia, pero la nieve principalmente cayó de noche. Eso sí, al despertar en la mañana, me percaté de que estaban los cerros cercanos blancos”.

Apuntó que a pesar frío clima, las clases se realizaron con normalidad, aunque con ligeros cambios. “Preferí que los alumnos no salieran a recreo para que no sufrieran con el frio y se resfriaran ya que varios apoderados no enviaron sus hijos para prevenir enfermedades. Es por esto que preferí realizar actividades en el salón”.

Pero resaltó la docente que sus alumnos pudieron observar y aprender sobre la lluvia que cubrió los pueblos de Rio hurtado. Además pusieron en práctica los conocimientos que fueron entregados por el Centro de Estudios Avanzados de Zonas Áridas, Ceaza, esto en el marco de la Red de Escuelas Vecinas de las Nieves, que tiene como propósito medir las precipitaciones y nevadas de manera directa.

Portilla comentó la importancia de enseñar a los pequeños sobre los fenómenos meteorológicos y también explicó la alianza educativa que existe entre ambos organismos.

“Nosotros tenemos un convenio con Ceaza en el que ellos asisten a los alumnos con charlas educativas explicando los estados del agua. También tenemos un pluviómetro para medir el agua que cae. Cuando los expertos en estas materias nos llaman los estudiantes instalan el aparato para medir las precipitaciones”.

A pesar de que no había nieve cerca del establecimiento educativo los estudiantes aprovecharon la oportunidad de medir, calcular y anotar en sus bitácoras la cantidad de agua que había a su alrededor, esto gracias a los aprendizajes adquiridos tanto en clases como también por la información entregada por los especialistas que visitaron la escuela.

“Los estudiantes midieron la cantidad de precipitaciones con el pluviómetro y luego anotaban todos los datos en su bitácora”, apuntó la directora.

 

 

 

 

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