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Los deshielos ya concluyeron, por lo que ya se pueden sacar conclusiones con el agua acumulada en los embalses. En este contexto, dirigentes y regantes manifiestan que, pese a las precipitaciones en 2022, el panorama no cambia mucho con respecto a las temporadas pasadas. De este modo, hacen un llamado a tomar consciencia y cuidar el recurso hídrico. 

 

Por Romina Onel / Provincia del Limarí

 

Pese al alivio que representaron las precipitaciones del año 2022 para la provincia del Limarí, según lo revelado por dirigentes y regantes a Diario El Ovallino, ahora que terminaron los deshielos, se comprobó que no hay gran diferencia en la crisis hídrica que azota a la Región de Coquimbo.

En relación a esto, el presidente de la Junta de Vigilancia de Río Hurtado, Hugo Miranda, detalló que producto de las lluvias y nieves del 2022, el Embalse Recoleta recibió 15 millones m³; el Cogotí 19 millones m³ y el Paloma 82 millones m³.

Respecto a esta temporada, Miranda destacó que los embalses terminarán con volúmenes embalsados de agua similares al inicio de la temporada 2022.

Además de esto, Miranda recordó que el 2021, el Embalse Recoleta recibió 2,6 millones m³ y el 2020 6 millones m³.

“Si no tenemos precipitaciones, ni nieve este 2023, la situación volvería a ser similar a la temporada 2020-2021, lo que sería muy complejo para las Juntas de Vigilancia que nos abastecemos de la cordillera solamente”, advirtió el dirigente.

 

SITUACIÓN CRÍTICA

 

Con respecto a esto, el presidente de la Junta de Vigilancia del Río Limarí y de la Comunidad de Aguas del Embalse Paloma, José Eugenio González, señaló que “a pesar de que el año anterior estuvo un poco mejor que el antepasado en términos de precipitaciones, seguimos en crisis, ya que el 2021 se gastaron gran parte de las reservas de agua”.

“La situación es bastante crítica, puesto que el nivel del Embalse Paloma está con un 13% de su capacidad máxima, lo que es similar en los demás embalses del Limarí”, alertó el dirigente.

González también explicó que a pesar de que los deshielos ya terminaron, se sigue con muy poca agua en los ríos, por lo que dependen de lo que pase este invierno, agregando que “el pronóstico es que el 2023 tendremos presente el fenómeno de El Niño, por lo que tendríamos mucha lluvia”.

“El agua para el consumo humano está asegurada de todas maneras, pero en el caso de la agricultura, vamos a partir este invierno regando con un 10% de lo normal”, adelantó González.

Según lo indicado por el dirigente, aún no se han definido los turnos de riego para este año, pero ya están funcionando con esa modalidad desde el año pasado, puntualizando que actualmente están operando con un 20% de la disponibilidad normal de agua y desde marzo, pasarán a un 10%, con el fin de dejar reservas para la próxima temporada.

A pesar de esto, González alegó que “la capacidad de reserva se ha ido achicando, porque las precipitaciones han sido insuficientes para recuperarnos del déficit hídrico, por lo que tenemos que adaptarnos según el agua que tenemos y cuidar el recurso como un tesoro, ya que si este año no llueve, tendremos que buscar cómo enfrentar esta situación, cultivando menos por ejemplo, lo que afecta a la economía”.

“Esto no es culpa de las autoridades, esta es una situación que estamos viviendo y ellos no pueden cambiar el clima, nosotros tampoco, pero todos tenemos que colaborar”, sostuvo González.

 

AMBIENTE PESIMISTA

 

Por su parte, el presidente de la Asociación de Canalistas del Embalse Cogotí, Francisco González, aseguró que “al 30 de abril, que es cuando se cierra la temporada agrícola, el Embalse Cogotí quedará con alrededor de 17 millones de m³, así que ésa será el agua disponible para la temporada del 2023 y 2024”.

Ahondando en esto, González anticipó que “haremos turnos de riego, tal y como lo hacemos todos los años, pero los calendarios para el invierno y para la primavera-verano, se definirán en abril”.

En cuanto a los pronósticos para este año, González puntualizó que “durante el invierno estaremos en presencia de lo que se conoce como un año neutro, ya que no habría presencias del fenómeno de La Niña, que son sequías, ni de El Niño, que conlleva abundancia de precipitaciones”.

“En un año neutro hay más probabilidades de que precipite, que cuando estamos ante el fenómeno de La Niña, pero también podría ser un año normal con bajas precipitaciones”, especificó el dirigente.

Para González, “el ambiente es pesimista, ya que la última década ha sido mala, con un proceso de sequía y la presencia de fenómenos climatológicos que no siempre se dan”.

Debido a esto, el dirigente hizo hincapié en que lo más importante es cuidar el agua, ya que según él “la situación es crítica”.

 

AÑO AUSPICIOSO

 

El representante de la Comunidad de Aguas de Los Tapia de Monte Patria, Floridor Solar, también se refirió a este tema, expresando que él tiene fe en que el 2023 será un año auspicioso, ya que según sus averiguaciones, “se pronostica que las lluvias empezarían a fines de marzo o principios de abril”.

Aún así, el representante insistió en que “debemos cuidar el agua que tenemos ahora para poder sacar la temporada”.

“Aunque tengamos años lluviosos, la crisis hídrica seguirá, porque las napas subterráneas están secas, sobre todo en nuestro sector, donde trabajamos solo con pozos”, lamentó Solar.

El dirigente también argumentó que “los que trabajamos mediante el riego de los embalses estamos un poco mejor, pero la gente del sector secano y las partes altas está más afectada”.

 

 

 

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