• Paulina Rojas, kinesióloga
  • Ricardo Herrera, Kinesiólogo
  • Juan Brito, Kinesiólogo
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Para minimizar los efectos del covid en los pacientes recuperados, la labor del kinesiólogo es altamente valiosa. El 6 de mayo se celebra su día nacional.

Ya va más de un año en que los equipos de salud están luchando contra la pandemia y entre estos héroes sin capa destacan los kinesiólogos, quienes cumplen una función trascendental en el cuidado de los pacientes graves que ha dejado la pandemia, sobre todo en la recuperación posterior a las secuelas de la infección y el seguimiento durante la ventilación mecánica invasiva.

En Chile se celebra cada 6 de mayo el Día Nacional del Kinesiólogo, ya que en la fecha se conmemora la publicación de la ley de Colegios Profesionales de 1969 que daría visibilidad jurídica a la profesión como tal.

Actualmente 49 profesionales de kinesiología trabajan en el Hospital Provincial de Ovalle, recinto en el cual estos funcionarios apoyan labores en las tres unidades de paciente crítico del recinto. Ellos realizan funciones como, apoyar en el proceso de intubación de pacientes, monitorizar los procesos de ventilación mecánica, realizar rehabilitación física y pulmonar para superar el estado de salud después de las secuelas que deja COVID-19, entre otros procedimientos.

En un principio el equipo profesional de esta área en el principal recinto de salud de Limarí era de 16 personas, sin embargo, para hacer frente a la pandemia se contrató a más personal, debido a que cumplen una labor fundamental en la pre-hospitalización, como también en la recuperación posterior de los pacientes con COVID-19.

Juan Brito, kinesiólogo de la Unidad de Paciente Crítico del Hospital, comenta que “a nadie lo preparan para una situación de esta envergadura, nos estábamos enfrentando a lo desconocido, a un virus que es letal, entonces al principio había inseguridad y miedo, porque los protocolos se fueron confeccionando sobre la marcha”.

Los kinesiólogos son un apoyo fundamental en un procedimiento clínico que ha sido clave en la atención de pacientes críticos, se trata del proceso de intubación para asistir mecánicamente la respiración de las personas más graves.

En esa misma línea, Brito comenta que “antes de la pandemia los procedimientos de intubación eran pocos, pero cuando llegamos al peak de la pandemia, especialmente en esta segunda ola, hemos llegado a intubar entre 5 y 6 pacientes al día”. Este no es un procedimiento agradable, es muy invasivo y deja bastantes secuelas que luego deben ser tratadas por los mismos kinesiólogos.

Ricardo Herrera, también es kinesiólogo de la UCI y tiene 27 años. El profesional recientemente tuvo que vivir un proceso bastante duro, “con el COVID-19 podemos ver que no sólo llega un familiar afectado, si no que llegan todos, esta semana nos vimos enfrentados a que primero se tuvo que intubar a un joven de 25 años y posteriormente a la mamá y la abuela, por lo tanto, es importante recalcar que esto es real, sí produce una gran mortalidad y depende de uno cuidarnos”, consignó.

Paulina Rojas, también es parte de este grupo de profesionales en la unidad de paciente crítico, lleva 9 años trabajando en el Hospital Provincial y afirma que trabajar en pandemia “ha sido duro, pero a la vez bastante alentador, porque el rol del kinesiólogo se ha visto enriquecido en todas sus áreas”.

La especialista cuenta que los pacientes afectados por el COVID-19 pasan mucho tiempo hospitalizados, por lo que se debilitan mucho, “entonces ahí el rol del kinesiólogo es fundamental, porque tiene que rehabilitar a la persona para la vida diaria, el paciente no va a salir caminando como lo hacía antes, para eso estamos nosotros, para que no pierdan tanta masa muscular y puedan retomar su vida”.

 

 

 

 

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