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La medida adoptada por algunos vecinos de la comuna ha provocado revuelo durante las últimas semanas, ya sea con quienes la apoyan y defienden, o por quienes creen que no sería tan efectiva. En medio de estas controversias se han generado situaciones incómodas, como una vivida el reciente sábado.

Más de 30 pozas del río han sido liberadas por los propios vecinos de la parte baja de la comuna de Río Hurtado, quienes han adoptado de forma pacífica esta medida para enfrentar en parte la escasez hídrica que afecta a la zona.

La intención, según cuentan los propios protagonistas, es que el agua del río pueda fluir hacia la parte baja de la comuna para alimentar las napas subterráneas, y de esa manera, los comités de Agua Potable Rural puedan contar nuevamente con el recurso hídrico.

“Se formó este movimiento con mucho fervor y anhelo en lograr que el agua pueda llegar a los pozos de los sistemas de agua potable, este movimiento se ha ido consolidando, estamos conscientes de que el agua es escasa y que ya no sirve para el riego, aspiramos a que la poco agua que existe llegue a los pozos”, señaló Victor Carvajal, habitante de la localidad de Samo Alto que ha colaborado con los trabajos de liberación de pozas.

“Hemos encontrado tremendas pozas para bañarse, no son simplemente atajados como le llamamos nosotros, sino que verdaderas piscinas, en pocas palabras, la poco agua que escurre desde la parte alta se detenía en esas pozas y pozones, por lo tanto ¿qué debemos hacer nosotros para que esta agua circule hacia los niveles más bajos de la comuna?, despejar esas pozas, y eso es lo que estamos haciendo”, agregó el vecino.

El secretario del APR de Pichasca, Luis Olivares, ha sido uno de los líderes de este movimiento, él asegura que esta medida ya ha dado resultados positivos, “este domingo vine a inspeccionar el río donde tenemos la captación, y ya tenemos más agua que antes, el trabajo que hicimos ya está dando sus primeros frutos”, indicó.

 

Opinión contraria

 

No obstante, desde la Junta de Vigilancia de Río Hurtado y sus afluentes se han mantenido firmes en declarar que la liberación de las pozas no es una medida efectiva.

“Mi apreciación con respecto al desarme de las pozas es similar a la que tuvimos con el desagüe de la cordillera, es decir, el desarme de las pozas en ningún caso va hacer aumentar el caudal del río, lo que sí ayuda es a no entorpecer el libre escurrimiento, lo que simplemente va acelerar la bajada de agua”, señaló el administrador de la junta, Rubén Espinosa.

“Evidentemente que estamos de acuerdo con el desarme de las pozas, pero no lo hemos hecho porque en realidad la mantención de los cauces de los bienes nacionales de uso público corresponde a la municipalidad, tal como lo dijo la jefa provincial subrogante de la DGA, Alejandra Aguilar, evidentemente que ayuda, pero repito, no es posible que esto aumente el agua, puede aumentar en un par de horas o en un día, pero nada más”, agregó.

 

Incómoda experiencia

 

Durante todo este tiempo los vecinos de la parte baja solicitaron a sus pares de la parte alta que pudieran realizar lo mismo en su sector, pero no encontraron respuesta positiva.

Por esta razón, el sábado 5 de febrero la población se organizó para desarmar las pozas desde Las Breas hasta Hurtado (parte alta de la comuna), para lo cual arrendaron un bus para trasladar a los cerca de 25 vecinos que con sierras y barretas se disponían a continuar con sus trabajos.

No obstante, en el retén de Carabineros de la localidad de Hurtado fueron controlados por el personal policial, quienes les manifestaron que pobladores de la parte alta denunciaron posibles daños a sus propiedades.

Esta actitud a la defensiva provocó que los vecinos desistieran de continuar su camino, “esto le bajó la moral a la gente, nos sentimos intimidados, ya que según Carabineros habían denuncias contra nosotros”, comentó Luis Olivares.

En la misma línea, Victor Carvajal señaló que “uno entiende que pueden haber incomprensiones de ciertos sectores, pero nosotros no somos un grupo de malhechores y delincuentes, somos todas personas con antecedentes buenos, no andamos con actitud prepotente ni con el afán de causar daños en los predios, lo que queremos es despejar el cauce del río”.

De esta manera, la comunidad optó por mantenerse y desarmar pozas en el sector de Vado de Morrillos, en donde ya habían pasado días atrás.

 

Llamado a la unidad

 

En medio de estas controversias los vecinos de la parte baja esperan que la comuna no se divida por malos entendidos, y es por esto que llaman nuevamente a la parte alta a aportar en los trabajos, “le pedimos a la gente que suelten esas pozas para que el agua pueda bajar y llenar las napas, tener las pozas ahora es un capricho, no estamos pidiendo el agua para regar, estamos pidiendo agua para el consumo humano”, señaló Luis Olivares.

“Somos una comuna muy pequeña, tenemos poco más de 4 mil habitantes, y sería algo necio pelear entre nosotros, esto no se trata de eso, se trata de que el agua fluya, no queremos que hayan diferencias entre habitantes y regantes, ni entre la parte alta y la parte baja”, complementó Victor Carvajal.

 

Acciones desde el concejo

 

En la misma línea, el concejal Diego Milla señala que mañana martes se tendrá una reunión con el resto de los ediles para tratar el tema y así tomar acciones que eviten que esta división crezca.

“Nos reuniremos para ver cómo vamos a enfrentar este escenario que se está dando, debemos ordenar las piezas, por decirlo de alguna manera. Uno entiende que el sector bajo está desesperado y preocupado porque no llega agua a los APR, es normal que la gente esté inquieta y esté buscando algunas soluciones, es importante que esto no nos divida, cada agrupación y organización tiene su postura, entonces la idea es realizar un trabajo bien coordinado entre todos los actores”, señaló Milla.

 

 

 

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