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A pesar de que la pesca al interior del tranque no cuenta la autorización de la Comunidad de Agua del Sistema Embalse Paloma (Casep), la actividad cada día toma mayor fuerza en la comuna de Monte Patria, produciendo un negocio sin regulación que puede ser perjudicial para las aguas que en definitiva, son parte del consumo humano.

¿Qué tanta fiscalización se realiza en el embalse La Paloma frente a la pesca deportiva y recreativa?, es un interrogante que ha plasmado tras la alta cantidad de demanda que tienen los más de 40 botes que se posan en la orilla de la represa de la comuna de Monte Patria.

Durante la noche, la pesca es mucho más afectiva según los comentarios de pescadores aficionados que asisten al sector. Pablo Rivas, contiene un bote en donde de forma regular realiza la actividad de pesca y comenta que varios obtienen licencia desde “Sernapesca”. Pero a su vez, muchas embarcaciones también entran al embalse de manera irregular. “Hay persona que traen sus propios botes y es súper peligroso. Hace dos años, dos personas se ahogaron. Actualmente viene mucha gente, sobre todo cada fin de semana, incluso cuando está en veda”, explica Rivas.

El peligro es inminente, recordemos que en el 2017, dos personas perdieron la vida tras ingresar al embalse durante la noche sin ningún resguardo. En la oportunidad, los encargados de seguridad y de la administración del embalse La Paloma fueron categóricos en señalar que desde hace mucho tiempo está terminantemente prohibido el ingreso a este lugar para realizar actividades recreativas o deportivas sin autorización.

Tras pasar por el sector, a lo lejos, más de 40 botes se divisan en las aguas del “Paloma”. Varios cuentan con licencias de pesca deportiva y recreativa, pero las fiscalizaciones de la actividad no se realizan de manera constante.

Según el jefe de seguridad del Embalse La Paloma, Pablo Campaña, asegura que existe navegación ilegal en el sector, “nadie se ha acercado para pedir autorización, porque para navegar en las aguas del embalse, tiene que cumplir las normas básicas: tiene que tener un bote inscrito, el viaje de tripulante tiene que tener un curso que realiza  la Gobernación Marítima o entidades que estén autorizadas, además de seguros. Tienen que cumplir las normas y por eso, nosotros nunca lo hemos autorizado”, indica el integrante de la Comunidad de Agua del Sistema Embalse Paloma (Casep).

Incluso, el jefe de seguridad asegura que en algunas oportunidades han sorprendido a personas en actitudes totalmente ilícitas, “la gente que hemos visto  pescar con redes y explosivo la hemos denunciado”.

Consecuencias que no se miden

La principal problemática sobre la escasa fiscalización de la actividad, se centra en la exterminación de la especie “Pejerrey Argentino”, ya que su escasez puede provocar daño importantes en las aguas del tranque. “Nosotros tenemos la obligación de regular el embalse, porque el pejerrey que fue sembrado ahí cumple una función muy especial, ya que ellos nadan en cardumen y realizan movimientos al agua produciendo la oxigenación. Si no fuera así, estaríamos hasta Ovalle pasados a butano (gas)”.

A su vez, Campaña manifiesta que muchas de las personas que ingresan de manera irregular al embalse no solo genera daños en la fauna del lugar, además contaminan las aguas que además de servir para el regadío, son para el consumo humano. “A nosotros nos genera un gran problema no solo con la pesca; dejan basura y botellas, ellos contaminan el agua que bebemos. No hay conciencia ciudadana, no se respeta y no se cuida el medioambiente”, sostiene el funcionario.

Por su parte, desde Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca), señalan que la fiscalización de actividad se centra en la pesca deportiva recreativa, verificando que la gente efectivamente extraiga los recursos con estos fines y no de comercialización. “En estricto rigor, efectivamente la actividad en bote solo se acepta siempre y cuando sea para pesca recreativa, es decir por ejemplo: máximo  10 ejemplares”, sostienen desde la entidad.

Negocio

No es misterio para nadie, que la comercialización de esta especie se ha masificado desde su venta en carretera, hasta publicaciones en redes sociales. Además, tras la alta demanda de personas que disfrutan de esta actividad, los botes e implementos son arrendados como servicio.

“Los precios de arriendo van desde 5 mil por persona en turnos de cinco horas, mientras que los implementos como luces, cañas y remador obtienen otro valor”, señala uno de los arrendatarios de bote en el embalse.

Mediante este hecho, desde Sernapesca indicaron que, “Lo que nosotros verificamos es que ellos tengan su licencia de pesca que la tienen que comprar en las dependencias del servicio.  En relación a los botes, tiene que ver la armada cuales son las especificaciones que ellos tienen desde el punto de vista de navegación”.

Asimismo, explican que las fiscalizaciones varían dependiendo de la realidad del entorno, “hay factores personales, por ejemplo hace un año atrás había una sequía importante y no habían recursos, claramente ahora hay un aumento del embalse y eso ha generado que se realicen fiscalizaciones mensuales y de requerimientos. Por ejemplo, se envían algunas solicitudes de que existe alguna situación irregular y se acuden a esos llamados”, aseguran desde la entidad pública.

 

 

 

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