• Profesores municipalizados: décadas de servicio destinadas a la educación ciudadana
    Profesores municipalizados: décadas de servicio destinadas a la educación ciudadana
Un total de 33 profesores de establecimientos municipalizados se acogieron hace una semana a retiro voluntario, que les permite la Ley 20.822. Conozca la historia de algunos docentes que abandonaron las aulas, para dedicarse a su futuro y comenzar su proceso de jubilación

En Chile al igual que en varios países de América del Sur, desde hace años, marzo es un mes donde se inicia formalmente el año escolar, aunque con el pasar del tiempo, también se ha acostumbrado a que se realice a fines de febrero.

En virtud a la primera aseveración, dedicaremos este reportaje a la educación. Precisamente dedicada a 33 profesoras y profesores municipales, que se acogieron al bono de incentivo de retiro voluntario 2015, estipulado en la Ley 20.822.

Se trata de recordar con ellos su trayectoria en la entrega de casi toda una vida a la labor educativa, aportando en la transmisión de conocimientos, valores y aprendizajes, que permitieron formar a cientos de generaciones de estudiantes de la comuna.

Tal es el caso de Carmen Campusano Alvarado, quien se despidió de las aulas con 49 años de trayectoria profesional. Estudió en la Escuela Normal de La Serena, donde se tituló de Profesora de Educación Primaria Urbana, iniciando su labores en septiembre de 1966.

Su primera experiencia profesional la desarrolló en la ex Escuela 21 de Mayo y luego se trasladó hasta Coquimbo, donde se desempeñó por más de 20 años. Se jubiló anticipadamente, pero no duró mucho tiempo fuera del sistema educativo.

Se radicó en Ovalle y participó de un concurso público en marzo del 2000, desde entonces retomó sus labores en la Escuela Marcos Pizarro de San Julián, donde terminó de ejercer su carrera profesional, estando muy pronta a cumplir los 50 años de servicio.

Otro caso, es el de Jeannette Olivares Araya, quien se desempeñó por 36 años como profesora municipal, quien reconoce amar las aulas y enseñar, misión que desarrolló en varios establecimientos, resultando ser la Escuela Santa Catalina donde trabajó sus últimos años.

Por más de 20 años cumplió funciones en la Escuela Joseph BenediktStegmeier de Sotaquí, para luego ser de la escuela unidocente de Caleta Talquilla. Una realidad compleja, donde se hace patria en un rincón muy alejado, pero también es un orgullo poder compartir con aquellos estudiantes, quienes al reconocerla en la calle le agradecen y saludan con mucho cariño y afecto. Una profesora que reconoce que hay que dar paso a las nuevas generaciones.

 

El ingeniero y profesor Julio Olivares Castillo, junto a un curso del Liceo Politécnico.

 

El profesor ingeniero

El ingeniero en ejecución mecánica de la Universidad Técnica del Estado sede La Serena, Julio Edmundo Antonio Olivares Castillo,tiene 66 años de edad, está casado hace 35 años con Mónica Estela Vallejos Salinas, y es padre de dos hijosy abuelo de 7 nietos. Ganó dos concursos, uno en 1986 por 30 horas y otro en 1995 por 40 horas. Luego de esto, de forma presencial se tituló de pedagogía en la Universidad de Tarapacá, sede La Serena.

Oriundo de Ovalle, ha ejercido la docencia en el sector de taller de mentalidad emprendedora y proyectos empresariales (Mepe), educación tecnológica y en las especialidades de mecánica y mecánica automotriz. Integrante del comité de seguridad del Liceo Politécnico, donde trabajó 29 años, demostró gran responsabilidad en el cumplimiento de sus deberes, registrando cero atrasos y cero presentación de licencias médicas, en sus casi tres décadas de trabajo. Además es instructor de formación profesional de Inacap y es experto práctico en prevención de riesgos.

 

Ricardo Araya Castillo, 66 años de edad, nació en Punitaqui, es ex alumno del liceo Alejandro Álvarez Jofré de Ovalle, egresado de la generación de 1966. Su madre era profesora del Altar Bajo.

-¿Por qué dejó la ingeniería por la pedagogía?

“No es que haya dejado la ingeniería, al contrario. En el Liceo Politécnico hay carreas como mecánica industrial, está la carrera de mecánica automotriz y construcciones metálicas, por ende no creo que haya dejado nada. 

El punto es el siguiente, se lo respondo derechamente; saque mi título de ingeniero, saqué miles de fotocopias, me fui al norte, anduve por diferentes empresas, donde me presenté a entrevistas, donde me decían‘perfecto ningún problema, está muy bueno su curriculum pero que experiencia tiene’, me decían. ‘Señor’ miro la fecha cuando me titulé,‘como me va a exigir experiencia si está mirando mi curriculum’, ‘por eso le estoy preguntando me dijo’. ‘Perfecto, ¡acabo de salir, cómo voy a salir con experiencia desde la universidad! Imposible, tengo que forjarme el camino’. En todas parte la misma situación: en Antofagasta, en Calama, en Copiapó, en Potrerillos, El Salvador. El año 1978 me llamaron desde el Inacap, donde me ofrecen mecánica automotriz, nunca pensé en ser profesor, las cosas se dieron así. Estuve 3 años ahí hasta que se regresó a La Serena.

Deambulé y trabajé en el Liceo C-5 de Vicuña, era por periodo y me daban los reemplazos de pre y post natal en Monte Patria, en Carén, Pedregal, en La Talquita, en Chalinga. El año 1985 me fui a estudiar pedagogía a la Universidad de Tarapacá en La Serena y saqué un 6.9 como promedio en todas las notas.Nunca me imaginéser profesor, para mi ser ingeniero era lo máximo, pero no tuve pitutos”.

-¿Qué podría destacar o resaltar dentro de sus años de experiencia? 

“Los aprendizajes que logran mis alumnos, que posteriormente me vienen a ver, me traen regalos de las empresas donde ellos están y vienen agradecidísimos o de las orientaciones que les di, porque les decía siempre y lo recuerdo como si fuera ayer:‘jóvenes, ustedes deben elegir una especialidad de segundo para tercero ahora, son dos años. Antes teníamos cuatro años de especialidad, ahora son dos no más. No saquen como el caballo cochero, yo quiero ser mecánico mecánico, mecánico, busquen más opciones, busquen la computación, tienen prevención de riesgo, maquinaria pesada, una apertura porque uno nunca sabe’. Trabajé 10 años en Propam y Cidec, que ahora son Santo Tomás, también lo hice en el Valle Central”.

-¿Qué mensaje le daría a las nuevas generaciones del Liceo Politécnico?

“Que ojalá lograran entrar en la parte de empresas, de industria y no de profesor, porque esto se viene arrastrando desde hace mucho tiempo,les instaría a que luego de terminar su técnico se dedicaran a buscar una oportunidad en una empresa grande, para que puedan generar buenos recursos para su futuro”.

 -¿Algún alumno que recuerde o que sea digno de resaltar?

“Tengo varios alumnos destacados, como Gerardo Javier Gómez Marín, trabaja en el Cerro Tololo, es internacional, ese niño salió de cuarto medio y postuló hacer su práctica allá, quedó en una terna y pasó a hacer su práctica ahí y luego quedó contratado enseguida. Él es de El Peralito de la comuna de Monte Patria, sacó la ingeniería en ejecución mecánica y la civil, la misma empresalo incentivó, él me superó y eso estoy orgulloso, superó a su maestro. Hay un grupo de tres hermanos que pasaron por mecánica y ahora tienen una empresa en Santiago, es Macri CNC, en el liceo existe un CNC o centro de sistema mecanizado y valen arriba de 40 millones y ellos tiene 14. Ellos me están esperando”.

El profesor de Historia y Geografía y Educación Cívica, Ricardo Araya, está casado hace 33 años con Juana Emilia Alfaro, con quien tiene 4 hijos y son abuelos de una nieta. 

 

Educación cívica

Ricardo Araya Castillo, 66 años de edad, nació en Punitaqui, es ex alumno del liceo Alejandro Álvarez Jofré de Ovalle, egresado de la generación de 1966. Su madre era profesora del Altar Bajo, en 1978 ingresa a la Universidad de Chile, Sede La Serena, titulándose de pedagogo de Historia y Geografía y Educación Cívica. Es casado hace 33 años, con Juana Emilia Alfaro, con quien tiene 4 hijos y una nieta.

Inicia su trabajo docente en el Colegio Inglés, cuando aún cursaba su carrera. Después en Ovalle cumplió funciones en el liceo Estela Ávila Molina de Perry, en 1974 estuvo en el colegio San Viator, para luego hacerlo por 38 años continuo en el establecimiento donde él estudió. Su último establecimiento fue el colegio La Providencia.

 -¿Cuál es el análisis que puede hacer de estas tres décadas en la educación? 

“En la educación, generalmente ha habido una pobreza grande que se dirige al profesor, a la sala de clases. Es muy difícil ejercer esta profesión. Afortunadamente ahora algo de esa cuantiosa cantidad de dinero que tiene el presupuesto de educación, está llegando al profesor, ojalá que llegue con la nueva ley docente y también, está llegando a los alumnos, hasta donde estuve había pizarras interactivas, más bibliotecas. En la carga horaria es donde no ha habido modificación, pero en la carrera docente especifica van a ver más horas no lectivas para el profesor y eso es lo bueno, porque curiosamente a ningún trabajador de Chile lo pueden obligar llevar la pega a la casa, a nadie le puede pedir el patrón ‘mire, vaya a su casa y haga la pega’. Pero sí al profesor, lo mandan a su casa con su escritorio lleno de pruebas y que hay que corregir y atender”. 

-¿Qué mensaje entregaría a la nueva generación de profesores?

“El mayor mensaje que a pesar de lo difícil del trabajo, hay que tener optimismo, tener fuerza para acoger los niños en todos los problemas que él tiene, ser un apoyo para el niño, no una molestia, que cuando el profesor llegue a la sala de clases, sea recibido por todo el curso de buena manera, ahí hay armonía y se puede hacer una mejor educación. Para mí, el cambio malo que se hizo fue la municipalización, ahí comenzó a decaer notablemente la educación pública con los colegios particulares, comenzó una lucha de matrícula de municipales y particulares, porque las personas de clase media quieren que su hijo esté en un buen colegio, y la municipal, se trata como de tercera clase y se ha ido debilitando”. 

Ricardo Araya Castillo, 66 años de edad, nació en Punitaqui, es ex alumno del liceo Alejandro Álvarez Jofré de Ovalle, egresado de la generación de 1966. Su madre era profesora del Altar Bajo.

 

-¿Recuerda un hecho o hito que sea destacable?

“Como profesor jefe, uno realiza buenas labores. Recuerdo a un curso el Primero K de no sé qué año atrás y que yo le puse el “Proyecto K” y en ese curso, tuve buenos logros y con alumnos uno de repente encuentra que lo acogen a uno mismo como profesor y se pegan auno como parientes. Se da mucho pero con el tiempo a uno se le van olvidando las caras, los nombres, por las nuevas generaciones y cada año vienen nuevos alumnos, que se encariñan y los que tuvo antes se van olvidando, pero tengo buenos recuerdos de mis alumnos”.

 -Dicen que usted impulsó eventos solidarios y que tiene gran espíritu de solidaridad y que asesoró por años a centros de padres y de alum nos.

“Puedo enumerar que fui integrante del tribunal electoral del Colegio de Profesores, fui representante del consejo gremial del liceo por muchos años, participé en el Deportivo de Profesores, fui también electo como dirigente del Deportivo de Profesores, me atrajo el futbol y un año fui presidente de la academia de Kiko Rojas, de los apoderados de la academias. En el liceo participé como dirigente del deportivo del liceo,hacíamos los eventos de navidad, los eventos del día de la madre. Ayudé a los alumnos por muchos años, fui asesor del centro de alumno y del centro de padres”.

-¿Cree usted que los problemas sociales actuales, se deben a la ausencia de clases como Educación Cívica en los establecimientos educacionales? 

“Es necesario, ahora en cuarto medio lo estamos haciendo, está volviendo en el liceo. El tema de los problemas sociales, el respeto a las autoridades yo creo se debe y se genera, cuando la mujer sale a trabajar, no por falta de la asignatura de educación cívica. Entonces la mamá era la que educaba al niño, lo tenía derechito y por lo mismo, lo tenía en su casa y le decía al profesor,‘usted enderécemelo también’, por que la mamá lo conocía, como hijo lo tenía en la casa. Pero la mamá ahora salió a trabajar y el niño está sólo. Antes la Educación Cívica la entregaba la mamá, ahí estáel problema de la delincuencia y todo eso de la educación cívica la hacia la mamá y el profe lo reforzaba en las clases”.

-¿Tengo entendido que a usted le gusta interpretar canciones de la Nueva Ola?

“Sí, bueno uno se queda con la música de su niñez, de su juventud, yo escucho mucho otra música, inclusoclásica, me gusta mucho, pero uno se queda con la música de la juventudy esa es la que me gusta. Por eso yo cantar no sé y voz para cantar tampoco tengo, trato de afinarme y canto de la Nueva Ola, mi cantante preferido es Sergio Inostroza, que canta la Pera Madura y tiene muchos temas como La Chica del Poulover. Mis actividades musicales son en la casa, más en privado y como al liceo La Providencia lo considero mi casa, cuando hacemos una actividad, yo canto, lo hago entre los profes, más nunca con los alumnos para nunca ser tan famoso (sonríe)”.

-¿Cuál es el sentir que tiene por sus colegas profesores?

“Por mis colegas tengo mucha admiración, hacen una buena labor, aprendí mucho de ellos, con los que he trabajado, una labor sacrificada muy difícil, pero hemos salido adelante”. o1301iR 

 

 

 

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