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A un mes de su partida miembros históricos del club aéreo local destacaron las ganas de volar y de servir de Turner, además de instruir a los aprendices a piloto en el arte y la ciencia de surcar los cielos

“A mediados de los años sesenta, tal vez impulsado por sueños de mi niñez o por el deseo natural de conocer otros horizontes, entré en uno de los cursos para pilotos en el Club Aéreo de Ovalle siendo don Norman Turner uno de mis instructores. A las clases prácticas de vuelo se unieron meteorología, tránsito aéreo, navegación y aerodinámica. Las expectativas se cumplieron. La visión del vuelo de los pájaros, el vuelo ocasional sobre nubes, las diferentes formas y colores de cerros, ríos y bosques, así como alcanzar distancias y lugares que no hubieran sido posibles sin la aviación, llegando a casi todo Chile, fueron parte del mundo que me ayudó a conocer Turner. Después de las horas de instrucción había tiempo para la camaradería y la historia familiar y nacional. Don Norman, con sus más de seis mil horas de vuelo no tan sólo le valieron el reconocimiento nacional e internacional, sino también entre quienes fuimos sus alumnos y amigos”, explica en una sentido homenaje Pedro Figueroa Díaz, quien le conoció por más de cinco décadas.

A un mes de su partida física destacados miembros del Club Aéreo de Ovalle recuerdan la trayectoria de Norman Turner Nicholson, además de los premios y distinciones que recibió en vida.

Obviamente quien mejor lo conoció en sus actividades familiares y gremiales fue su hijo John, quien señaló que su padre se incorporó al club ovallino desde los 17 años de edad.

“Lo que pasa es que antes había un programa que se llamaba Alas para Chile, en el que se formaba a los niños y jóvenes cuando todavía estaban en el colegio, y allí mi papá descubrió su pasión por volar. En 1947 llegaban al aeródromo aviones de menor envergadura y era muy activo el aeroclub, estaba la Fuerza Aérea estacionada en el club, fue un sitio estratégico. Luego fue instructor y estuvo con licencia activa de vuelo por 59 años” señaló John Turner.

Como una de las últimas actividades en las que participó, recordó su familiar cuando recibió el Premio Internacional “Paul Tissandier” en el año 2010, que es un reconocimiento que entrega La Federación Aeronáutica Internacional, con sede en Suiza, con el objetivo de reconocer a los pilotos que han servido y contribuido a la causa de la aviación civil en general y deportiva en particular.

“Él siempre que volaba decía con una sonrisa que estaba más cerca del señor. Así que se fue en forma tranquila”, destaco.

Gran amigo

Hernán Zanforlin, destacado miembro del club, recuerda a Don Turner como un gran instructor y alguien con quien se puede compartir.

“Fue una referencia para todos los que ingresamos al Club Aéreo, recibió muchos premios y distinciones por su labor. Fue un gran ejemplo para todos, señaló Zanforlin.

“Podríamos agregar, la buena enseñanza que dejan los padres en sus hijos, la de los maestros en sus alumnos y la que deja un buen guía en sus congéneres. Esto lo cumplió a cabalidad don Norman Turner”, agregó en tanto Figueroa.

 Turner ingreso al Club Aéreo de Ovalle el 4 de mayo de 1947, obteniendo su licencia de piloto el 23 de agosto de 1947, la cual la mantuvo vigente hasta el 23 de marzo de 2006, llegando a cumplir 59 años como Piloto Civil, siendo en ese momento, el piloto más antiguo del país.  

Al fallecer Don Norman cumplía 74 años como socio del Club Aéreo de Ovalle. El día de su funeral los pilotos Marcelo Rodríguez y Abadalla Dahdall sobrevolaron la ciudad acompañando el cortejo en lo que sería el último gran vuelo de Norman Turner Nicholson.

 

 

 

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