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Activistas e integrantes de la Comunidad Sorda Limarí exigieron el cumplimiento de la ley para garantizar que el parto de Aniuska contara con una intérprete de señas, y garantizar la correcta comunicación entre el personal médico y la paciente. Fue el primero registrado en el país

Si bien todavía hay muchas lagunas jurídicas y sociales en el tema de la inclusión de personas con discapacidad en los últimos años, también es cierto que algunos esfuerzos individuales y colectivos se han traducido en mejoras a las condiciones de accesibilidad de muchos servicios básicos.

La experiencia de Aniuska es una de esas puertas que se abren para una persona con el compromiso que se mantenga así para toda una colectividad. Ella, una mujer ovallina sorda, dio a luz recientemente en el Hospital de Ovalle en un parto asistido con una intérprete en lengua de señas, siendo esta situación la primera que se registra en Chile desde que entró en vigencia el marco legal que así lo exige.

En teoría hay un intérprete para apoyar algunos casos de consultas en el Hospital de Ovalle, en los cuales el paciente debe enviar un correo con su hora y especialidad para ser asistido, pero hay casos como las emergencias y otros no previstos con anterioridad, que escapan a la teoría. Los partos se contaban entre esos casos, aunque ahora con la experiencia de Aniuska, eso podría cambiar.

Según la Ley de Accesibilidad, 20.422 la atención debería ser inmediata, sobre todo en urgencia, donde cualquier persona sorda debería tener acceso a un intérprete. “No habría que enviar un correo, no hay que tener tanta burocracia como ahora, debe ser inmediato. A lo mejor estamos en camino de que sea así”, explicó Alicia Barraza, colaboradora de la Comunidad Sorda del Limarí.

Rossana Díaz, intérprete en lengua de señas chilena y colaboradora de la organización, indicó que desde hace varios meses se comenzaron a hacer las gestiones para que ella pudiera estar presente en el parto.

“En su primer parto, ella sufrió mucho, porque estaba sola en la sala de operaciones sin escuchar lo que le decían, con todo el personal con la boca tapada. Se le subió la presión, porque había mucho estrés. Eso fue en Calama, por eso en su segundo parto estaba muy preocupada” señaló Díaz.

“Ellos se contactaron conmigo, y yo asistí a Aniuska desde el momento cuando rompió la bolsa el bebé. Me avisaron, yo partí rápidamente al hospital, entramos juntas. A las 9.30 de la mañana ya estábamos en pabellón. Yo tenía un tapabocas transparente para que me pudiera leer los labios. No saben lo importante que es decirle a una persona sorda ‘quédate tranquila que te van a inyectar anestesia’, porque depende de esa información para que la persona se sienta tranquila y confiada. Yo era su voz, sus ojos, yo comunicaba todo. Yo le avisé cuando faltaba poco para que naciera el bebé. Cuando nació, yo lo escuché y le dije a la mamá sorda que el bebé ya estaba llorando, es muy emocionante”.

Señaló que después de pasado e trabajo de parto, fue muy importante mantener la comunicación con la mamá, explicando ahora cada parte del proceso. El bebé por una pequeña condición tuvo que quedarse un par de días más en el hospital. “Y si no hubiese un intérprete ¿cómo se le explica a esa mamá que se va a casa sin su hijo? Por eso es tan importante la accesibilidad de personas con discapacidad auditiva en materia de salud”.

Aniuska en tanto expresó su satisfacción por haber podido contar con una interprete en el proceso de parto, destacando que hubo una gran diferencia entre su primer y su segundo parto por la ayuda prestada.

Precisamente a través de la intérprete explicó la lucha que tuvo que dar para lograr que le permitieran contar con el apoyo de Díaz.

Destacó que las autoridades deben entender que la inclusión es necesaria para todos los ciudadanos, porque todos son valiosos en la comunidad.

Ahora Aniuska su pareja y sus dos hijos, Amaya de seis años, y Barush, recién nacido, se encuentran tranquilos en su casa en Ovalle, sabiendo que protagonizaron un gran cambio para la comunidad con discapacidades.

 

 

Experiencia de inclusión

El director (S) Hospital Provincial de Ovalle, Dr. René Cevo Salinas, explicó a El Ovallino que el proceso comenzó a principios de octubre cuando recibieron un oficio de Senadis.

“Ellos nos presentaron el caso de Aniuska y nos explicaron detalles de su parto anterior en el que ella y su pareja, que también tiene discapacidad auditiva, habían tenido una muy mala experiencia. En cuanto recibimos este documento, echamos a andar el proceso de acompañar a esta paciente y entregarle todas las herramientas para que se pudiera comunicar efectivamente. Contactamos a una persona que maneja perfectamente el lenguaje de señas y que de inmediato se involucró en el caso. Ha sido todo un proceso de acompañamiento antes, durante y después del parto, incluyendo el apego del padre y los futuros controles tanto de Aniuska como de su bebé. Fue un desafío para nosotros, pero también una experiencia muy enriquecedora que involucró y motivó a distintos servicios de nuestra institución”.

¿Qué otros esfuerzos se están haciendo para la atención a personas con discapacidad?

“Desde el principio este hospital se diseñó con señalética completa en braille para pacientes con discapacidad visual.  Por otra parte, a pesar de que no tenemos una persona de punto fijo como intérprete para personas con discapacidad auditiva, sí el hospital tiene los contactos para hacer las gestiones correspondientes y poder entregar este apoyo a quien lo necesite”.

 

 

 

 

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