• Cinco gallinas aparecieron muertas en extrañas condiciones en Potrerillos Bajos. Acusan a un perro que nadie vio.
  • Los vecinos se asustaron al no conseguir sangre, y porque los animales se llevan a sus víctimas para comer
Si bien las características del ataque eran similares a las atribuidas al Chupacabras, la diferencia que logró tranquilizar a la afectada fue el hecho que una de las gallinas no tenía su cabeza, lo que descartó la posibilidad que fuese un ser desconocido.

Cerca de las tres de la mañana vecinos del sector Pasarela Verde de Potrerillos Bajos, alertados por los ruidos y ajetreo de los animales se dirigieron a ver qué sucedía, cuando lograron frustrar lo que hubiera sido un ataque a los animales, por parte de lo que creen era un perro,  sin identificar qué o quién era responsable. 

A esa misma hora, María Rodríguez, quien también sintió el ruido de sus gallinas salió a verificar  lo que sucedía, sin percatarse de que cinco aves ya estaban muertas, cerca de las 7 am. Se llevó una desagradable sorpresa tras descubrir que los animales habían estaban muertos, pero lo que más le llamó la atención fue que sólo había un agujero en la malla y los animales permanecían adentro, si bien estaban muertos, no presentaban  muestras de haber sido devorados, lo cual la conmocionó, sin embargo, pasado los días, su cuñada que trabaja con animales logró identificar que aparentemente el ataque se habría dado por perros salvajes.

El revuelo causado se condice con ataques sufridos años anteriores en otras localidades del interior en los que no se logró identificar al autor de los ataques siendo este precedente el que primero levantó las dudas en María, quien tras identificar a los supuestos responsables,  declaró que “como el gallinero es angosto, mi cuñada me dijo que no alcanzó a salir con las gallinas, ella ya ha visto algo parecido y es mordedura de perro, debe ser un animal muy grande, porque anoche estuvimos pendientes y no pasó nada, el animal claro se arrancó, era un perro grande que andaba, mi vecino de acá mismo, también me dijo que era un perro grande, pero debe ser de otro lado, no son perros de acá”.

En una primera instancia lo que más había preocupado a María era que el ataque fuese atribuido al conocido “chupacabras” hecho que fue descartado por el momento.  

 

 

 

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Diario El Ovallino