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Rodrigo Miranda
Desde La Alameda hasta el terminal de buses rurales, calle Benavente ha sido un importante sector comercial aprovechado por locatarios establecidos y ambulantes, quienes compiten por la atención de los clientes.

Rodrigo Miranda

 

Paraíso Verde es unas de las verdulerías establecidas en calle Benavente. Desde sus inicios hace siete meses se ha visto favorecida por su ubicación céntrica y el alto flujo de público, sobre todo los días de funcionamiento de la Feria Modelo. Sin embargo, hay días en los que su competencia directa aumenta, vendedores ambulantes locales o de otras ciudades se asientan y realizan ofertas más tentadoras para los consumidores quienes los prefieren por los bajos precios en sus productos.

“Al no pagar arriendo los muchachos venden más barato. Por ejemplo, yo vendo un kilo de palta a $ 3.000 y ellos una mallita a $ 2.000. Entonces la gente prefiere la oferta más barata”, señaló Eduardo Cortés, dueño de la verdulería. Además, la libertad de movimiento le permite a los comerciantes ambulantes a elegir su locación, por lo que la competencia es mayor cuando se ubican cerca sus competidores establecidos.

Sergio Flores también es verdulero, pero ambulante, por las cuarentenas tuvo que venir desde el norte buscando oportunidad de trabajo en Ovalle: “Me instalé en la calle por la situación económica y poder tener para subsistir, por la falta de permiso tengo que movilizarme, y aunque he tramitado el permiso no lo he podido conseguir”, señaló Flores.

Jerry Castillo trabaja desde hace seis años vendiendo artículos de tecnología en la populosa avenida, en uno de los pocos puestos con permiso municipal que quedan en Benavente. “Pedimos el permiso hace años, tenemos familiares con discapacidad, así que eso nos favoreció harto. Pero desde la pandemia ya no están dando”. 

La Vega Chica

La situación de vendedores ambulantes ha mermado desde la creación de la Vega Chica, proyecto impulsado por la municipalidad para disminuir el comercio informal y entregar un lugar seguro y establecido para los comerciantes informales de la ciudad. Ubicada en Av. La Feria, paralela a Recinto Estación, este comercio ha intentado ser la solución para decenas de vendedores que han visto en esta alternativa un espacio para trabajar, sin temor a que confisquen sus productos.

“En la calle igual se gana, pero te quitan la mercadería, uno entiende ese trabajo de Carabineros, pero era fome porque me pasaban partes, por lo que aceptar este proyecto nos ha beneficiado harto”, señaló Félix Gutiérrez, dueño de la Pícada del Pipe, que si bien ha visto una caída de un 50% en sus ventas, agradece la oportunidad de poder trabajar tranquilo.

Las dificultades en la localización

Según muchos de los locatarios, la Ubicación en la Vega Chica, y en el poco tiempo que lleva este proyecto son parte de las principales razones en la caída en sus ventas. “El cambio ha sido radical, en ese sentido Benavente es mejor porque pasa mucha gente, pero aquí hay tranquilidad y no hay riesgo que nos quiten las cosas”, contó Lizeth Cortés, verdulera de la Vega Chica, que gracias a tener un puesto establecido ha incrementado la variedad de sus productos.

“La municipalidad ha puesto mucha publicidad, en el centro, en redes sociales, para atraer a la gente, pero hacen falta algunas líneas de colectivos, por comodidad mucha gente no viene a comprar”, identificó Marlén Cortés, vendedora de ropa en ese centro, que ha visto la falta de transporte como uno de los principales bloqueos en el aumento de visitas.

Para mejorar esta problemática, la municipalidad busca incentivar el flujo de gente al establecimiento optimizando el acceso desde ciertos sectores, como es la llegada de buses provenientes de Recoleta desde la próxima semana, con el fin de mejorar las ventas de los comerciantes y que puedan fortalecer sus nuevos puestos como trabajadores formales.

 

 

 

 

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