Con apenas dos semanas en el sillón del despacho de Socos, Iván Espinoza, ya puede trazar un camino en lo que será su gestión al frente de la provincia. Ya ha logrado reunirse con diversos sectores de la comunidad y por su anterior trabajo en la municipalidad de Río Hurtado, está más que consciente de varios de los problemas a resolver en las cinco comunas del valle limarino.
“Lo primero que tengo es una muy buena impresión de todos los actores, en todos los temas, me ha tocado trabajar ya en una mesa rural de Ovalle, en donde están representados todas las temáticas y sectores productivos desde la ruralidad”, indicó.
Comento que desde la óptica de las mesas rurales pueden obtener un tremendo aporte, porque sus planteamientos nacen de las organizaciones que los integran y siempre pueden dibujar los problemas, de manera tal que puedan canalizar las oportunidades para solucionarlos.
“No es que la ruralidad de la provincia sea más importante que la zona urbana, pero la problemática es diferente. Hay dos tremendos focos acá que hay que tratar de manera muy especial, porque tienen situaciones muy distintas. Tienen factores que la inciden de manera muy particular, y que hacen que los caminos de las soluciones transiten de manera distinta.
El temazo rural
Refirió que hay que profundizar en las políticas rurales, sin desmedro de solucionar los problemas de las zonas urbanas.
“Es importante conocer los problemas de la ciudad de Ovalle que es el centro más importante y que concentra a casi la mitad de la población de la provincia, ésta tiene una particularidad más asociada a los centros urbanos importantes, que son bien corrientes, pero tienen una forma de trabajo más tradicional, están más formateadas, pero la ruralidad no. Por eso creo que ahí hay un temazo, porque creo que hay que profundizar la política rural. La política rural yo creo que hay que fortalecerla y profundizar su análisis, porque si bien está planteado en los grandes temas, falta mayor análisis para buscar realmente las soluciones”.
Advirtió tomarse en serio los problemas “sin retorno” como la sequía por ejemplo, que son condicionantes para el desarrollo de la provincia, y que obligan a tomar nuevos caminos para enfrentarlos.
“Cuando uno habla de la reconversión laboral la gente se asusta, pero es algo que nosotros tenemos de manera muy cercana, y que hay que adoptar de manera más técnica y profesional. Hay que explicar en qué consiste y que no es cortarle la vida a la productividad y al bienestar de las personas, sino que es simplemente buscar unos horizontes que sean más prósperos y efectivos”.
Problemas paralelos
Aunque se podría pensar que sólo hay dos fuentes del problema social (rural y urbano) Espinoza pone la lupa en las caletas costeras, diferenciando sus realidades incluso de los problemas rurales.
“Las personas que vienen de la costa, de las caletas, acusan una problemática distinta a la de la ruralidad. Hay una diversidad de problemáticas que son muy legítimas todas y que hay que ir abordando de forma paralela. Uno ve que hay muchos planteamientos que a veces atraviesan una misma temática de manera transversal, por lo que vemos que hay factores comunes que atraviesan a todos los grupos conforme a sus temáticas, y el abordaje para hacer los planteamientos respectivos o conseguir recursos o tecnificar las cosas, tienen que ser abordados en términos transversales también, porque si no, se ayudarían a algunos y a otros no, y no sería justo. Esto es una materia bien seria, yo me doy cuenta que esa exigencia debemos abordarla con la misma seriedad.
La seguridad y sus particularidades
Con respeto al tema de la seguridad ciudadana advirtió que deben atender el orden público y la seguridad pública con la misma energía.
“Esa es la línea que nosotros debemos atender de la manera más seria posible. La seguridad se aborda en términos integrales. Tenemos instituciones que trabajan en seguridad y las más prestigiosas y conocidas son las fuerzas de seguridad: Carabineros que es la cara visible, que es quien siempre está presente cuando hay un problema, pero ellos también necesitan apoyo, necesitan ayuda y necesitan integrarse con el resto de los organismos que ofrecen seguridad (PDI, Fiscalía). Pero también al interior de los organismos públicos existen unidades de apoyo y coordinación con los organismos de seguridad”.
Prometió buscar fórmulas de integración para atacar los problemas integralmente, pues al ver análisis, cifras y cuadros explicativos, todos están pasados en supuestos como la denuncia. “Pero no hay una certeza absoluta de cuál es el porcentaje real de denuncias que hay o por qué la gente no denuncia. Cual entonces es el porcentaje real, y uno puede visualizar algunas de las razones: por ejemplo la desconfianza o el miedo. Por eso hay que indagar en ese análisis, para ver cómo tú motivas a la población a que denuncie”.
Refirió que aunque hay canales de denuncias anónimas, hay que indagar por qué a pesar de estar dispuestos, la gente no los utiiza. “Por eso tenemos que hacer un análisis integrado, sacar buenas conclusiones y generar políticas que sean más efectivas. Tenemos algunos proyectos que no podemos adelantar todavía, que serán muy en terreno, muy cercanos a la comunidad, que se realizarán de forma conjunta”.
Sin slogans
Al consultársele si podría definir su gestión como “de puertas abiertas” o “en terreno” como su predecesor, Espinoza fue cauto al decir que no le gustaba trabajar al alero de un slogan.
“Yo soy un colaborador más. Un servidor público, que contribuye a buscar soluciones. Yo busco entender la problemática y a través de ese entendimiento buscar las soluciones necesarias. En mi vida como servidor público lo que he aprendido más es a escuchar. Me parece que a veces nos falta eso, dejar espacios para el entendimiento”.
