Crédito fotografía: 
Leonel Pizarro
Son 16 familias que están sin luz desde septiembre cuando se cortó el suministro para las viviendas, quienes lo obtenían “colgándose” del alumbrado público. Desde que erradicaron gran parte del campamento, las personas que aún viven allí se sienten olvidadas.

Fabiola Rojas vive desde hace más de seis años en el campamento “Ribera del Río” en Ovalle,  ella habita allí junto a sus tres hijos. Trabaja como temporera y el poco dinero que recibe lo utiliza para darle de comer a sus hijos, de quienes se tiene que hacer cargo completamente.

Fabiola, al igual que alrededor de 16 familias del sector obtenía el suministro eléctrico de manera ilegal, “colgándose” al alumbrado público. Hace un par de meses les cortaron los cables y quedaron sin electricidad.

“El 13 de septiembre fueron los caballeros de la luz y cortaron los cables que llevaban corriente hacia el campamento” señaló Fabiola, quien indica que desde siempre el campamento ha “robado luz”. “Llegó Carabineros, seguridad ciudadana y gente de Conafe, nos sacaron los cables, estuvimos varias semanas sin luz, la semana pasada tiramos otro cable y los caballeros de la luz fueron a sacar los cables y nos quedamos sin luz nuevamente.”, explicó.

Para Fabiola, al igual que para sus vecinos, la situación se ha transformado en un verdadero problema, ya que se empezaron a echar a perder los víveres y deben alumbrarse con linternas o velas.

“Yo me atreví a hablar porque no aguanto más seguir viviendo así, yo llevo 6 años en el campamento y nunca antes nos habían cortado la luz. A nosotros nos estaban diciendo que nos estaban cortando la luz porque nos van a sacar de allí” explica la vecina, quien añade, que hasta el momento, no han hablado con ellos “queremos que vengan a hablar con nosotros, acá trabajamos y muchas personas no están durante el día, así que queremos que nos avisen para poder estar”, indicó.

Carolina Hormazábal también vive en el campamento, para ella la situación es más crítica debido a su insulinodependencia, la falta de electricidad ha complicado su salud, ya que no puede mantener fría la insulina, “yo soy diabética y la insulina se me ha echado a perder dos veces y ahora tengo que ir a retirarla y no tengo donde dejarla” indica Carolina, quien solicitó a la gobernación ayuda para mantener fría la insulina “De la gobernación me dijeron que me iban a prestar un generador, que está en trámite”, sostuvo.

Los mismos vecinos han estado tratando de buscar soluciones, solicitando, por ejemplo, un medidor común, sin embargo, hasta el momento, no han logrado concretar ninguna posibilidad de obtener electricidad. “Nosotros queremos una solución, por último un medidor en común, para que todos tengamos luz, nosotros nos conseguimos un generador pero como está la bencina no nos dura nada” indicó Fabiola Rojas, explicando que no tienen problemas para pagar de forma compartida “yo trabajo para mis hijos y la luz es para mis hijos,  yo llego a veces a las 8 de la noche y para ayudarle a hacer una tarea tengo que hacerlo con linternas o velas”, aseguró.

Desde la municipalidad sostuvieron que el “colgarse” de la electricidad es un peligro y que por ese motivo se retiró esta instalación ilegal. “Una casa puede tener conexión y medidor siempre y cuando tenga título de propiedad y certificado de instalación eléctrica (TE-1) Si no los tiene, nunca los podrán conectar según la normativa de conexión de la empresa de distribución CGE. En el caso de las tomas del sector Costanera, desde el mes de septiembre hemos tenido cortes masivos de energía en el alumbrado público del sector, debido a que las personas se han conectado de forma irregular a los postes ornamentales con luminarias, y el circuito del sector no tiene la capacidad para ello”, explica Jocelyn Galleguillos, ingeniero civil eléctrico y profesional a cargo del alumbrado público en la comuna.

Además, agregó que “es importante mencionar que las personas ponen en riesgo su vida al realizar estas acciones y, por otra parte, generan estos cortes que dejan completamente a oscuras la Costanera, generando también un peligro para quienes transitan por el sector.

SENSACIÓN DE ABANDONO

Las familias del campamento se sienten abandonadas, porque, según señalan, las autoridades no han ido a conocer sus dificultades y no saben cómo hacer para obtener ayuda.

“La gente pensaba que todos se habían ido, pero yo no alcancé a irme, cuando llegué ya se estaban yendo, hay personas que no se quieren ir, hay gente que no quiere dejar el campamento”. indicó Carolina, quien asegura que sí quiere dejar el campamento, “Yo sí quiero dejar el campamento, no es muy agradable, pero la pega está mala, uno va a trabajar a la temporada y no es nada lo que se saca, por la diabetes no he andado muy bien que digamos y eso dificulta el trabajo”, explicó.

Otro vecino del sector manifestó que muchos creen que el campamento ya no existe. “La luz la arrancaron de raíz, porque supuestamente el campamento no existe, fuimos a hablar a la gobernación y en la gobernación nos dijeron que aquí el campamento se había erradicado” indicó, agregando que además tienen problemas con la basura “hace como 6 meses atrás vino un caballero de la municipalidad limpió acá y dijeron que iban a venir una vez al mes y que recopiláramos la basura, pero no regresaron, tampoco nos han traído conteiner para la basura” sostuvo el vecino.

Los vecinos del sector coinciden en que la gran mayoría de las personas que viven allí son gente trabajadora, que intenta salir adelante y que por diferentes circunstancias de la vida llegaron al campamento, quieren ser escuchados y lograr salir del abandono que sienten.

ERRADICACIÓN DE CAMPAMENTOS

Desde el Ministerio de Vivienda y Urbanismo informaron que el organismo “cuenta con un equipo de profesionales del área social y técnica, que está abocado a trabajar de manera integral con los asentamientos informales en la región”.

“En el caso del campamento existente en la Ribera del Río en Ovalle, este equipo trabajó para lograr erradicar a 22 familias identificadas en el catastro de  Campamentos 2011, a quienes se les entregaron en su mayoría subsidios de asignación directa para aplicarlos en el conjunto habitacional Talhuén y algunos también en la compra de viviendas usadas”, explicaron.

Sin embargo, este sector fue ocupado nuevamente. “Para evitar que el sector donde estaban las familias fuera ocupado nuevamente, se trabajó un convenio con el municipio de Ovalle para realizar un cierre e impedir esta situación, sin embargo, ello no pudo evitar la llegada de nuevos grupos familiares a sectores aledaños”.

Sobre las familias que actualmente viven en el campamento el gobierno “ a través del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) está iniciando una actualización del catastro de  familias en situación de campamento a nivel nacional, por lo que el equipo regional ya se encuentra recorriendo las distintas comunas para obtener información sobre la localización de estos asentamientos y la caracterización de las familias, lo que incluirá una próxima visita al sector de la Ribera del Río para identificar la situación actual y poder planificar futuras intervenciones”, señalaron.

 

 

 

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