El año nuevo indígena, o cambio el inicio del ciclo que marca una nueva etapa, es una celebración de los pueblos originarios que se ha vuelto a poner en valor en Ovalle gracias al trabajo de una decena de agrupaciones y una treintena de activistas que desde hace unos diez años la organizan en la ciudad para educar acerca del valor histórico, cultural y étnico de la ocasión.
Unos de los miembros de la agrupación cultural Antakari, y uno de los organizadores de la jornada, Fernando Millahuala, explicó a El Ovallino algunas de las razones por las cuales no se celebraba n el Limarí y qué significa esta actividad puntual.
“Vamos al rescate de nuestra cultura ancestral. Esto se ha hecho desde el principio de los tiempos, pero con el tema de la colonización se perdió un poco y también se trató de confundir un poco con el tema de la Noche de San Juan, que fue algo impuesto por la iglesia católica, para restarle importancia a la celebración del año nuevo indígena, o el nuevo ciclo”, indicó.
Comentó que antes la celebración del nuevo ciclo se hacía de noche, pero los sacerdotes de la época de la colonia comenzaron a sembrar la idea de que la celebración era mala, pues sería obra del diablo por ser de noche. “Por eso para nosotros es importante recuperar el ritual que celebra las nuevas energías que es lo que celebra en el nuevo ciclo. Es un cambio de la vida en sí, porque es la renovación de la naturaleza, y eso se puede ver en las hojas que caen, algunos animales igual comienzan a cambiar su pelaje. Entonces por esa observación que tenían los pueblos originarios es que se sabía que venía una nueva etapa en la Mapu, que es la tierra”.
We tripantu o wüñoy Tripantu es la celebración del año nuevo indígena que se realiza en el solsticio de invierno austral, es decir en el día más corto del año en el hemisferio sur, entre el 21 y el 24 de junio. Ya que es el día más corto del año a partir de esa fecha comienzan a alargarse los días hasta el solsticio de verano y el renacer eventual de la naturaleza tras el invierno al que se entra.
De alguna manera a celebración sería el equivalente al 1 de enero según el calendario gregoriano adoptado por el mundo occidental, que como lleva el conteo por el calendario y los relojes es un poco más lineal. “Los pueblos originarios se basaban en la observación de los elementos naturales, de los astros, de la migración de los animales, para definir el cambio de estación, que es el we tripantu que significa la nueva salida del sol. No es sino establecer cuál es la noche más larga y cuando comienza el sol a retornar a la tierra o a acercarse, por eso los días comienzan a alargarse”.
Indicó también que esta nueva etapa inicia con el tiempo de descanso de la tierra, para que puedan nacer los nuevos brotes, y luego la cosecha. Allí radica la importancia de la estación.
La invitación familiar
Al menos diez agrupaciones, y una treintena de activistas participan organizando este año la actividad cultural que le dará la bienvenida a la nueva estación.
Desde el sábado a las 10.00 de la mañana se iniciará la actividad en el Espejo de Agua, lo que ya se ha hecho una nueva costumbre desde 2008, cuando iniciaron varias agrupaciones con esta sensibilización con la sociedad, para que todos conozcan las tradiciones de los pueblos originarios.
“Al principio iniciamos varias agrupaciones, y se han ido sumando instituciones, familias. Es un tema de ir educando a la gente, a las familias, para que le tomen valor a las tradiciones, a los derechos de los pueblos originarios, y a la celebración de los hitos importantes. Tendremos en La Alameda buenas manifestaciones artísticas, de baile, de canto, de bandas que se manifiestan en una etnoferia, que es una muestra de producción local y de artesanías”.
Informó que desde la mañana se dictarán algunos talleres, se realizará una ceremonia de inicio, para agradecer por este año y para pedir lo que será el próximo año. “En la tarde serán las actividades culturales y se realizará un pasacalle por Vicuña Mackenna y se piensa culminar las actividades a las 18.00 horas”.
