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La festividad religiosa volvió a la masividad tras dos años realizándose con aforos reducidos producto de la pandemia. Desde la parroquia de Combarbalá valoraron este reencuentro y esperan que para el próximo año más gente pueda sumarse. En esta oportunidad hubo una cuota extra de emotividad porque el padre Rafael Rojas vivió su última fiesta combarbalina como párroco, ya que será trasladado a otra comuna.

Por Luciano Alday Villalobos / Combarbalá

 

La Fiesta de la Virgen de la Piedra es una de las festividades religiosas más grandes de la Provincia del Limarí junto a la Fiesta del Niño Dios de Sotaquí, ya que año a año, en el primer domingo de mayo, ha congregado a miles de peregrinos y feligreses católicos, quienes llegan hasta la gruta ubicada en la localidad de La Isla de Cogotí para rendir sus plegarias.

Durante dos años la fiesta se realizó netamente en su parte religiosa y con aforos reducidos, en 2020 se efectuó una misa que solo contó con la presencia del párroco y algunos colaboradores de la parroquia, mientras en 2021 se permitió la presencialidad de algunos pocos habitantes de la localidad. Todo esto producto de la pandemia.

Este año, el gran porcentaje de vacunados en el país y la baja cantidad de contagiados covid permitió que la festividad combarbalina retomará su masividad. De esta manera los peregrinos, los bailes religiosos e incluso algunos comerciantes pudieron decir presentes, como en épocas pre pandémicas.

En las meditaciones y plegarias se destacó precisamente la instancia de reencuentro entre los diferentes actores que le dan vida a esta tradición, “fueron dos años de espera, pero aquí estamos de nuevo, nos presentamos con amor ante nuestra madre y ella nos recibe con los brazos abiertos, muchas veces uno no valora lo que tiene hasta que lo pierde, nosotros por la fuerza aprendimos a valorar nuestra libertad y nuestra fe, nos damos cuenta de que es tan bonito poder salir a rezar y poder peregrinar, estamos agradecidos de volver a reunirnos”, señaló en una de sus misas el padre Rafael Rojas, párroco de Combarbalá.

 

Doble jornada igual de masiva

 

La fiesta este año se realizó durante el sábado 30 de abril y el domingo 1 de mayo, en donde pudieron decir presente más de mil personas y cerca de quince agrupaciones de bailes religiosos provenientes de diferentes partes del país.

“Todo salió bien gracias a Dios, fue muy bonito, vino harta gente en los dos días, muchos bailes, era mucha la afluencia de público, incluso en la noche. A pesar de ser al aire libre, toda la gente estaba con su mascarilla, fueron bien responsables en ese aspecto”, declaró la secretaria de la parroquia de Combarbalá, Maribel Michea.

De todas formas, la devota combarbalina señala que no se alcanzó la masividad de épocas pre pandémicas, aunque hay varias razones para esto, “yo creo que vino menos gente que los años anteriores, yo me acuerdo que antes se amontonaba mucho la gente, ahora no fue tanto. Esto pasa porque estamos recién retomando, mucha gente también estaba confundida con la fecha, porque todos saben que es en mayo, pero en esta oportunidad cayó feriado y pensaban que no se iba hacer, algunos todavía tenían miedo de contagiarse”, puntualizó.

Una de las anécdotas de este año se dio en la tarde del sábado, cuando unos huasos de Punitaqui llegaron a caballo hasta la gruta para recibir una bendición, objetivo que lograron tras partir desde su tierra a las 4 de la madrugada.

Por otro lado, una de las plegarias más reiteradas fueron aquellas para pedir lluvia en la zona, considerando la sequía que atraviesa la comuna de Combarbalá y la Región de Coquimbo.

 

Cuota de emotividad extra

 

El padre Rafael Rojas vivió de forma especial esta edición de la Fiesta de la Virgen de la Piedra, ya que esta será la última vez que la dirija como párroco de la comuna, debido a que será trasladado a Río Hurtado.

“No he podido hablar con él, porque él está descansando después de todo lo que fue la fiesta, no hemos conversado como lo vivió, pero fue emocionante, él es súper apegado, ha estado acá casi siete años y por eso cuesta despedirse, la gente lo estima mucho a él”, apuntó Maribel Michea.

 

Proyecciones

 

Con los corazones llenos de alegría los feligreses y peregrinos retornaron a sus hogares, mientras que desde la parroquia de Combarbalá esperan que poco a poco pueda sumarse más gente hasta alcanzar la masividad de los años anteriores a la pandemia.

“Uno nunca sabe lo que pueda pasar en un año más, pero lo ideal sería retomar el 100% de la fiesta, que puedan participar más bailes, que hayan más horarios de misa. Yo creo que de a poquito se irá retomando todo”, concluyó Maribel Michea.

 

 

 

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