Una pareja de agricultores de la zona son protagonistas de su propia lucha por detener el proceso de desertificación y hacer productivas nuevamente sus tierras. Para ello, cuentan con apoyo económico y técnico a través de un programa especial al que pudieron postular.

Elsa Sierra y Eduardo Moya son una pareja de agricultores oriundos de La Chimba, pero que hoy cuentan con un terreno en el sector de Campo Lindo, donde pretenden producir árboles frutales en el futuro. 

No obstante, el abastecimiento de agua y la calidad del suelo a intervenir aparecían como problemas a superar para esta pareja, para lo cual, la señora Elsa decidió postular al denominado Programa de Recuperación de Suelos Degradados, impulsado en este caso, por el Servicio Agrícola y Ganadero, SAG. 

Para su fortuna, su plan de manejo fue seleccionado, con lo cual, logró los recursos necesarios para hacer realidad las obras para las que habían postulado, que en su caso fueron la construcción de una noria, implementación de un “cerco vivo” (perímetro de cierre a base de cactus), y la construcción de microterrazas en la parte alta del terreno, para acumular el agua y de esa forma, dar vida al cultivo de los árboles frutales. 

“La intención nuestra es plantar árboles, porque este terreno es grande, pero no tengo agua, así que no podía hacer nada. Y por eso postulé, para tener algo. Además esto va a ser un recurso para que nosotros podamos sobrevivir en el fondo, porque teniendo árboles, uno vende sus productos y cuenta con más ingresos” expresa la señora Elsa. 

Un punto no menor sobre esta experiencia, es que, a diferencia, de otros beneficiarios del programa, todas estas obras fueron construidas por la misma pareja, quienes durante meses, estuvieron trabajando para concretarlas. 

Así lo señala Eduardo Moya, esposo de la señora Elsa. “Estuve trabajando durante dos meses solo. Después busqué a un niño para que me ayudara con el cerco a base de quiscos. Primero comencé a hacer hoyos, y me conseguí los palos. Respecto a las microterrazas, me conseguí una retroexcavadora para hacerlas, y para la parte más plana del terreno, usé un tractor, aunque al final, tuve que terminar el trabajo a mano no más” explica. 

Para esta pareja, la cual siempre ha estado ligada a la agricultura, la ayuda ha sido fundamental, pues de concretarse el objetivo que tienen, podrán cumplir su sueño de vivir de lo que la tierra les entrega. “La idea es poner olivos, limones y duraznos, y con eso ya se puede vivir, dedicándome a esto” señala don Eduardo. 

EL PROGRAMA 

El director regional del SAG, Jorge Fernández explica que el Programa de Recuperación de Suelos Degradados, data de 1998, pero en 2010 fue actualizado. Durante ese tiempo, la región de Coquimbo, y en especial, la Provincia del Limarí, ha sido una de las zonas más beneficiadas por dicho plan. “Para el Programa de Recuperación de Suelos Degradados 2018, tenemos destinados un total de 937 millones de pesos para la región, y de esa cifra, para el Limarí, están destinados 740 millones de pesos. Eso corresponde al 70% de los recursos que se destinan a la región, principalmente a comunidades, pequeños agricultores o comuneros” señala. 

Cabe señalar que el programa bonifica hasta un 90% de las labores que deban realizar los agricultores que postulan, entre las cuales destacan los llamados Cercos Vivos, labores de emergencia, norias, bebedores para animales, establecimiento de praderas, microterrazas, y otra serie de obras dirigidas a la recuperación de los suelos agrícolas afectadas por la erosión y la acumulación de agua, objetivos básicos del programa. 

Para poder ser beneficiario del programa, las postulaciones estarán abiertas hasta el 12 de abril próximo, fecha tope para que los agricultores presenten sus planes de manejo ante operadores del SAG debidamente acreditados para su evaluación.

 

 

 

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