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Con la confección de su propio diplomado sobre los aspectos y alcances de la neurociencia en la educación, desde el colegio de La Villa de El Palqui apuntan a estudiar cómo funciona el aprendizaje del cerebro para cambiar la forma en la que se enseña, dentro y fuera del aula

Con casi 300 alumnos, desde preescolar hasta octavo básico, la Escuela Básica La Villa, ubicada en la Villa del Palqui en la comuna de Monte Patria, ha apostado en el último año por transformar su sistema y su modelo educativo para hacerlo más moderno, más efectivo y más atractivo para sus estudiantes.

Sus 47 funcionarios (28 docentes y profesionales y 17 asistentes de la educación) y algunos de sus 290 apoderados, se han comprometido y se están formando académicamente para utilizar una herramienta que promete cambiar esquemas y ofrecer mejores resultados en el proceso formativo: la neuroeducación.

De hecho uno de sus sellos educativos se sustenta en la ciencia del estudio de cerebro y su manera de asumir los nuevos aprendizajes.

“La neurociencia aplicada a la educación releva la importancia de las experiencias de aprendizaje basada en el conocimiento del cerebro, por lo que este sello pedagógico se focaliza en la formación profesional docente y de asistentes de la educación desde el liderazgo neuroeducativo  abordando; el desarrollo profesional para una práctica educativa basada en la evidencia; la actualización permanente del modelo educativo; una cultura organizacional creativa; una mentalidad de crecimiento y de altas expectativas en toda la comunidad escolar”, explicó a El Ovallino el director de la institución, Marco Barraza.

El cambio

Desde que fue nombrado como director del colegio, Barraza se impuso cambiar el modelo educativo para hacerlo más moderno y actualizado en función del aprendizaje de los niños.

“Lo que nosotros estamos planteando es transformar el modelo educativo escolar y poder actualizarlo, y esto se sustenta en una propuesta que estamos llevando a la práctica que es cómo implementar la neurociencia educativa en la escuela”.

Señaló que desde el año pasado han diseñado un plan de cómo poder desarrollar un nuevo modelo educativo a partir del conocimiento del comportamiento del cerebro. Luego de un diagnóstico realizado a los profesores, diseñaron un plan en el que los docentes y auxiliares participaran en un diplomado para entender el modelo de enseñanza.

“Más del 60% de los docentes no tenían estudios de postgrado, y teníamos que mejorar la percepción que tienen los docentes sobre su propio desempeño, además de intervenir en el núcleo pedagógico para generar cambios en el modelo educativo, es decir fortalecer aquellos factores que favorecen al aprendizaje, por ejemplo conociendo cómo aprende el cerebro y qué es lo que necesita para aprender mejor”, señaló Barraza.

Con ese desafío diseñaron e implementaron, entre otras medidas, un diplomado formal, reconocido tanto por la Dirección Provincial de Educación, como por el Departamento de Educación Municipal de Monte Patria, en el que los docentes comparten con cinco especialistas en el área sobre temas de neurodidáctica y otras herramientas de aprendizaje.

El diplomado, que podrá estar disponible luego para otros colegios de la zona, es impartido Rafael Grasso Calvo (México), quien es doctor en Ciencias de la Educación y estudios de Postdoctorado en Investigación Educativa en el Instituto Internacional de Toluca, Diana Rubio Navarro (México), quien es doctora en Ciencias Biomédicas del Instituto de Neurobiología, de la UNAM, Sergio Mora Gutiérrez (Chile), quien es químico Farmacéutico de la Universidad de Chile con estudios de Postgrado en Neurofarmacología (Istituto Superiore de Sanitá, Italia), Natalia Ceballos Marón (Argentina), licenciada en Psicología con orientación Cognitiva Integrativa, y el propio Barraza, quien es Magíster en Neurociencia de la Educación de la Universidad Mayor de Chile.

“Actualizamos el modelo de gestión, el proyecto educativo institucional, el sello pedagógico, y eso va de la mano del conocimiento que estamos compartiendo del cebero y lo que realmente debemos hacer en la escuela. El objetivo que tenemos es que en un plazo de unos cuatro o cinco años, podamos generar una mentalidad de crecimiento, en la que si generamos una alta expectativa también podemos generar una cultura organizacional creativa que nos permita desarrollar metodologías propias e implementar programas de educación emocional”, apuntó el docente.

Actualmente los docentes desarrollan los módulos y los van aplicando inmediatamente con sus pupilos.

 

 

 

 

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