Todo queda en familia

En el fútbol mundial existen muchos ejemplos de hermanos que se dediquen a la misma pasión. Unos más conocidos que otros y otros mejores dotados técnicamente abundan y no es tan difícil recoger casos.Una pareja de hermanos, quizás la más conocida es la de Frank y Ronald de Boer, gemelos seleccionados nacionales de Holanda que disputaron el Mundial de Francia 1998 y Campeones de la Champions League defendiendo la camiseta del Ajax en 1995. O quizás otra pareja, como la de Michael y Brian Laudrup, hermanos daneses campeones de la Eurocopa de 1992. Y también un caso más local con los hermanos Castañeda, con Víctor Hugo y Cristián, quienes defendieron la camiseta de U. de Chile y ‘La Roja’.Así como estos casos, en la zona también se da esta particular relación deportiva familiar. Y precisamente es en Provincial Ovalle y en CSD Ovalle donde la familia está presente.A partir de este año se integró al ‘ciclón’ Freddy Muñoz, centrodelantero de 22 años que vino a reforzar el ataque del conjunto de Ramón Contreras. El ariete integró por dos años el equipo de Deportes Ovalle, marcó goles, pero no era habitual en la titularidad en los verdes de Limarí. Proveniente desde la localidad de Barraza, Freddy comenzó su formación futbolística en la Academia Limarí, disputando algunos partidos, para luego trasladarse hasta la Academia La Serena. Pero sería en Coquimbo Unido donde realizó la mayor cantidad de divisiones inferiores, debutó en Copa Chile en el año 2012 con la camiseta aurinegra hasta que lo llamaron desde Deportes Ovalle.Dos años menos, y nacido en 1997, es su hermano Edu, quien también realizó la mayor cantidad de divisiones inferiores en Coquimbo Unido. Este año el club pirata lo dejó libre y fue Freddy quien lo incentivó primeramente a sumarse al ‘ciclón’. Ambos son dirigidos técnicamente por Contreras, quien conoce de sobra a ambos jugadores.“En ese momento en la academia Kico Rojas teníamos una serie 1997 muy potente y se quedó con nosotros después de la Danone Cup. En aquella categoría estaba Antonio López, Fabián Aracena, Xabier Santos, por nombrar algunos, y Edu (Muñoz) estuvo hasta los 14 años hasta que se fue a Coquimbo Unido, donde realizó todas sus divisiones inferiores allá. Él nos acompañó a Lima, donde con la academia jugamos el famoso Cantolao Cup, donde salimos terceros, enfrentando a varios equipos de Sudamérica”, recuerda Contreras.Ahora ambos delanteros conforman el plantel de Provincial Ovalle que busca el ascenso desde Tercera A a Segunda División, donde Freddy espera compartir la mayor cantidad de minutos posibles en cancha con su hermano.“Para mí es un orgullo entrenar y jugar con mi hermano, siempre tuvimos ese sueño de jugar juntos en un mismo equipo, así que estoy contento con ello. Si Dios quiere en el futuro la idea es que los dos nos afiancemos en el equipo y, haciendo las cosas bien, puede que se dé. Lo ideal sería que ambos juguemos de titular”, dice.Mientras que Edu viene con la idea de sumar la mayor cantidad de experiencia, tras su regreso a tierras limarinas.“Yo acá vengo a obtener mucha experiencia, con un objetivo, poder jugar de la mejor manera posible y si el entrenador me llega a ocupar en algunos partidos, la misión es no defraudarlo y aprovechar esta oportunidad.Mi objetivo principal es jugar, ganarme un puesto en el equipo titular, o al menos poder ocupar un puesto en la banca, considerando que tengo menos experiencia que los delanteros que actualmente hay en Provincial Ovalle. El campeonato es corto y hay que dar lo máximo de cada uno de nosotros para poder lograr el objetivo conjunto que tenemos en este equipo”, se sincera.En el partido por la novena fecha del campeonato de Tercera A, los Muñoz compartieron algunos minutos en cancha frente a Gasparín FC, donde ambos sueñan con seguir sumando experiencia dentro de la cancha.“Freddy es un nueve neto, un centrodelantero que aguanta el balón, es bueno para los cabezazos, juega a uno o dos toques y es directo. Mientras que Edu, es más hábil, pude comenzar jugando desde más atrás, al ser más hábil, se retrasa, amaga, busca la pared y estoy contento con ambos”, detalla Contreras LOS ROBLES

Desde el pueblo de Limarí vienen Elian y Marco Robles. El primero es nacido en el año 2000 y se incorporó en febrero a los entrenamientos de Provincial Ovalle tratando de emular lo que conseguido su hermano mayor, Marco, quien con 24 años tiene experiencia en Tercera y Segunda División con Deportes Ovalle. El año pasado levantó la copa de campeón con el ‘ciclón’ tras quedarse con la Tercera, logrando un triunfo relevante para la naciente institución.“El ascenso del año pasado fue algo muy importante, con dos figuras como Miguel Ángel Estay y César Castillo quienes marcaron pauta en la división por su extraordinario juego. Ahora volvió César y para este año hay varios muchachos jóvenes con ganas de obtener cosas importantes con el club”, dijo el espigado volante.Hace una semana que el destino futbolístico del mayor de los Robles giró rumbo al norte, pues Deportes Vallenar se interesó en sus servicios de cara al campeonato de Segunda División.“Yo dirigía Deportes Ovalle en el 2012, ellos tenían 19 años, son jugadores que han evolucionado, a ellos no se les ha dado la posibilidad de jugar en el fútbol grande, ellos podrían jugar tranquilamente en Primera División o en cualquier equipo y esto sucede con muchos jugadores”, sostuvo Ramón Climent, técnico de Deportes Vallenar y quien terminó por convencer a Robles de sumarse a su proyecto.Sus compañeros lamentan la partida, pero a la vez se enorgullecen por la nueva oportunidad.“Con Marco jugamos tres años juntos y es una baja importante para nosotros, pero estoy feliz por la oportunidad que está teniendo en el fútbol profesional y solo le deseo éxito, que si se le dio esta oportunidad la tiene que aprovechar. Ahora el compañero que ocupe su puesto debe hacerlo de igual o mejor forma que Marco, así que es una baja sensible por la experiencia que tenía él en la división, pero tenemos compañeros que lo pueden suplir”, manifestó Erick Albanez, jugador de Provincial Ovalle.“Marco es un gran jugador, un crack sin explotar, esperemos que lo haga y ahora es el momento. No hay duda que es un gran jugador”, asegura Contreras.Pero en su reemplazo familiar quedará Elian y al igual que Marco es volante de contención. Conformó las series de Academia Municipal de Ovalle y durante el 2016 integró las divisiones inferiores de Cobreloa, pero no se pudo adaptar a la vida en Calama, por lo que regresó con su familia para cumplir uno de sus sueños.“Lo que más quiero es poder tener la posibilidad de sumar algunos minutos en los partidos y poder jugar junto con mi hermano, que es lo que más quiero, allá en el medio de la cancha. Aún me queda mucho tiempo por seguir aprendiendo, pero mientras hay que seguir entrenando para poder lograr el sueño de poder debutar”, cuenta.Sobre Elian, el entrenador Contreras recuerda sus orígenes.“A Elian lo dirigió en la serie 2000 de la Academia Municipal. Su hermano Marco lo llevaron a la academia y siempre lo iba a buscar y a dejar a su casa, porque su padre no tenía la posibilidad de hacerlo. Yo apoyé en eso, le tengo un gran cariño y siempre he tenido fe en que puede ser un buen jugador. Tuvo un paso en Cobreloa, no se acostumbró mucho y lo tenemos acá”, señala. ¿RIVALES?

La genética manda en el deporte, dicen algunos, pues con estos ejemplos se puede deducir que el talento viene en el ADN. Lo cierto es que a estos dos casos de parejas de hermanos se suma un tercer ejemplo. Ellos son José (24) y Paolo Ponce (20), quienes también son futbolistas, pero de distintos clubes. Mientras el mayor es defensa en Provincial Ovalle, el menor es volante por izquierda en el Club Social y Deportivo Ovalle (CSD Ovalle), equipo que debutó este año en el campeonato de Tercera B del fútbol chileno.“Jugué en Huamalata varios años, hasta que se me dio la oportunidad de que me llamaran desde Cobreloa, donde pude participar de las divisiones inferiores del club. Integré la serie sub 17 por un año, luego volví a Ovalle y estuve un tiempo al aire, sin jugar hasta que volví a entrenar con Deportes Ovalle en el año 2015 con el profesor Danilo Chacón. Ahora estoy en Provincial Ovalle desde su comienzo en el 2016 y pertenezco al club”, relata José.Ambos jugadores nacieron futbolísticamente en la Academia Municipal de Ovalle y son actualmente monitores deportivos de la misma institución. Pero se diferencian en la camiseta que defienden.No hay rivalidad por perseguir objetivos distintos con cada equipo y eso lo saben muy bien.“Conversamos con mi hermano, tenemos una buena relación, y hablamos sobre los distintos objetivos que tienen las dos instituciones. Ellos quieren subir a Tercera A y nosotros tenemos otro, que es poder llegar a Segunda División, es otro nivel. Ambos hablamos de fútbol y compartimos nuestra experiencia en el fútbol”, agrega el defensor.Y tal como los Muñoz y los Robles, el deseo de los Ponce es poder compartir la misma camiseta en una cancha de fútbol a nivel profesional.“El sueño de cualquiera que se dedica a esto es estar dentro de elite del fútbol chileno. Me ha tocado jugar junto con él, en el fútbol amateur y solo entrenando en Deportes Ovalle. Pero sería muy lindo que ambos pudiéramos compartir instancias mayores para optar al fútbol profesional, que es lo que todo futbolista quiere”, anhela José.Tres casos, seis hermanos y todos con la misma pasión y deseo. Mientras sigue en rudo el balón, ellos seguirán detrás de él para celebrar nuevos triunfos y, en lo posible, compartirlos con sus respectivos hermanos.Acá hay esfuerzo y perseverancia, aseguran, por conseguir sus sueños.“Ellos son buenas personas y esto permite siempre un futuro esplendoroso cuando la gente es de esa forma. Siempre a las personas que provienen desde fuera de la ciudad, tienen un hándicap en contra, tanto en lo físico como en lo económico, y esperemos que se pueda concretar todo lo que ellos se propongan. Que todo lo que insinúan cono jugador lo puedan concretar, por el bien de sus familias, que ese esfuerzo se concrete en algo hermoso”, cierra Contreras.