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Orlando Ossandón Valencia, más conocido como “Lota” fue enterrado este domingo en el cementerio ubicado en la localidad de Sotaquí. Sus cercanos lo recuerdan como un excelente jugador del balompié, un querido agricultor de la zona y un buen amigo.

Loreto Flores Ardiles / Ovalle

Fue durante este viernes 30 de diciembre cuando a la edad de 74 años falleció Orlando Ossandón Valencia, reconocido deportista del fútbol amateur y agricultor radicado en la localidad de Santa Catalina, a quien todos llamaban el “Lota”.

Ossandón nació y vivió su niñez en El Palqui en Monte Patria, pero desarrolló gran parte de su vida en Santa Catalina, lugar donde se estableció y trabajó como agricultor, dejando sagradamente los domingos para practicar su amor por el fútbol y ya en el último tiempo para entrenar a los jugadores del club de la misma localidad.

Su sobrino, quien creció junto a Orlando Ossandón, comentó a El Ovallino que ambos fueron a la escuela juntos y además eran compañeros de balón, aun así no sabe exactamente desde cuando comenzaron a llamarlo “Lota”, pero a los tres hermanos Ossandón los llamaban de esa forma.

Es así que hasta el sábado en la noche se realizó su velatorio en la sede del deportivo y el domingo su respectiva misa en Santa Catalina y finalmente fue enterrado en el cementerio del pueblo de Sotaquí la tarde del mismo día.

LUTO EN EL FÚTBOL RURAL

El “Lota de Catalina” se desempeñó en una variedad de equipos rurales, entre ellos, en  Magallanes de Sotaquí, Bellavista, Deportivo Limarí, Corre Vuela de El Palqui, Deportivo Cobresal y Villa Quiscal.

En este sentido, el actual Presidente del Club Magallanes de Sotaquí, Cristián  Lobos, mencionó a Diario El Ovallino, que el “Lota” jugó aproximadamente cuatro años en Sotaquí, saliendo incluso campeón cuando jugaron en La Torre en los años 80’s.

Asimismo, Lobos recuerda, que cuando él era pequeño, veía a Ossandón realizar sus prácticas en Santa Catalina, “él entrenaba en una canchita chica del pueblo, entre la chépica y unos arcos de madera que había hecho él, ahí entrenaba a los niños, nos daba consejos, nos enseñaba como pegarle al balón, yo en ese tiempo tenía entre 8 a 10 años, pero recuerdo que era muy buen entrenador. Ahora él estaba a cargo de los senior en el Cora, la última vez que conversé con él fue en el mes de junio”, recordó.

En tanto, otro sotaquino que rememora al Lota es el destacado ex jugador profesional Manuel Araya, o como muchos llaman el “Lechuga”, quien mantiene buenos recuerdos de quien también fue su compañero en la cancha.

“Yo jugué en dos épocas con él, cuando éramos jóvenes y después en campeonatos de senior (…) él era un buen futbolista y una persona extraordinaria, tenía un carisma que a todos nos caía bien, tenía buenos temas de conversación y era una persona muy humilde y que cuesta encontrar en la vida, pero lamentablemente se nos fue, pero son cosas de la vida”.

“Él ayudaba a mucha gente, era muy caritativo, muy amistoso, era muy buena persona junto con sus hermanos (…) era un buenísimo jugador de lo rural, nunca nos explicamos por qué no jugó fútbol profesional, ya que tenía muy buenas condiciones y un físico privilegiado, pero lamentablemente no tuvo esa suerte”, sostuvo Araya.

AGRICULTOR Y FUTBOLISTA

En esta línea, sus cercanos recuerdan la pasión que tenía Ossandón por el club de su pueblo, lugar donde fue jugador, director técnico y también formador de juveniles, así como también recuerdan su lado agricultor.

Al respecto, el sobrino del Lota, Arnoldo Ávalos, mencionó que su tío fue una persona muy amable y querida. “Él se dedicó a la agricultura y al fútbol, todos los años hizo lo mismo, los 40 años que jugó también trabajó, de hecho trabajaba hasta el sábado y el domingo era sagrado para el fútbol, yo sé esto porque andábamos juntos y  jugué muchos años con él por Santa Catalina”.

“Él quiso mucho a sus sobrinos, la verdad es que somos una familia de futbolistas, los más jóvenes son igual de futbolistas y son hartos. Nosotros éramos seis los que jugábamos en los equipos, lo que recuerdo es que él fue muy abierto a que aprendiéramos a jugar, fue una muy buena persona y que nunca se enojaba”.

SU VIDA EN SANTA CATALINA

Fue en el año 1967 o 1968 cuando llegó con un hermano mayor a Santa Catalina, luego llegaron otros familiares a la misma localidad y allí se establecieron.

“Ahora en los últimos años, el año pasado y este, él estaba terminando como entrenador del equipo de Catalina (el equipo senior rural), él no quería seguir jugando así que se quedó como entrenador, allí tenía como tres sobrinos jugando. En cuanto a la agricultura, fue un gran productor de tomates, lo hizo por años con su hijo, quien era su mano derecha y quien salió malo para jugar a la pelota”, contó entre risas y nostalgia su sobrino.

 

 

 

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