Crédito fotografía: 
Roberto Rivas Suárez
Familias venezolanas que piden o venden dulces, acompañados de niños y niñas, estarían vulnerando los derechos de éstos, por eso el principal objetivo de una organización multidisciplinaria local es orientar y velar por el resguardo de los pequeños

Miguel cuenta que llegó a Chile hace cuatro meses y que está en Ovalle desde hace menos de una semana. Es venezolano y por no tener su documentación al día no ha podido conseguir un trabajo estable y se ha dedicado a vender caramelos en el Paseo Peatonal, con su hija de tres años, ante el apoyo de algunos y la mirada indiferente y despectiva de otros.

“Yo no quisiera estar acá pidiendo ni vendiendo caramelos, pero tengo una hija de tres años y tengo que darle de comer. Estoy viendo cómo hago para regresarme porque no me ha ido como yo creía que me iría, pero tampoco tengo dinero para el pasaje”, explica a El Ovallino el extranjero de 28 años, quien asegura haber trabajado como soldador en una empresa azucarera tomada por el régimen de Venezuela y venida a menos en los últimos años.

Indica que estuvo trabajando en Concepción, pero que tras una fiscalización en la que pudo haber metido en problemas a su jefe en la barbería en la que laboraba, decidió tomar otros rumbos y preparar un eventual regreso a Venezuela o Colombia, donde estuvo con su esposa y su hija hasta hace cuatro meses cuando consideraron que Chile les ofrecería mejores oportunidades laborales.

Ovalle ha sido ciudad de paso de migrantes sin documentación legal desde antes del inicio de la pandemia, y organismos como la Oficina de Protección de Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes han tenido que actuar ante la realidad de las familias que llegan y que pueden poner en riesgo la integridad de los menores de edad.

Ante un escenario en el que es habitual observar a las familias con hijos pequeños, vendiendo o pidiendo en las principales calles de la ciudad, la señal de alerta se activó principalmente frente a la situación de vulnerabilidad a la que están expuestos los niños y niñas.

Los pequeños deben soportar las inclemencias de las altas temperaturas, a posibles atropellos, y también ante la posibilidad que sean utilizados para sensibilizar al transeúnte, quien ante este escenario apoyaría con más dineros a las personas que lo solicitan en su compañía.

Monitoreo multilateral

Debido a estas circunstancias se conformó la Mesa Familias Migrantes, integrada por la Oficina de Protección de Derechos de la niñez Ovalle, Chile Crece Contigo Ovalle y la Oficina Comunitaria de Carabineros, Departamento de Desarrollo Comunitario, y Departamento Social de la Municipalidad de Ovalle, y tiene como objetivo “consensuar formas adecuadas de intervención dirigidos a niños, niñas y adolescentes migrantes, cuyas familias se encuentre en contexto de mendicidad”.

Ese organismo multilateral ha acordado dos principales acciones, la primera consiste en realizar un catastro con el cual reunir antecedentes sobre la situación en la que se encuentran las familias en la comuna de Ovalle, en segundo lugar socio-educar a los padres respecto a que si bien, no es una falta o delito solicitar ayuda a los transeúntes, si se considera una situación de vulneración en la medida en que esta actividad se realiza en compañía de niños y niñas.

“Buscamos ofrecer cuáles son algunas alternativas que existen por ejemplo desde el municipio para brindarles apoyo, ayuda y orientación. Muchos de ellos dicen que buscan un lugar o una residencia para quedarse, entonces uno le nombra cuáles son las más accesibles, además del Hogar de Cristo, y del comedor de la Iglesia Católica en Calle Arauco, además de colaborar con algunos insumos como pañales y leche para los niños. Los orientamos pero le dejamos presentes que los niños están en situación de vulnerabilidad”, explicó el integrante del equipo de Gestión   Intersectorial de la OPD, Daniel Aguilera.

En cuanto a la Mesa de Familias Migrantes se seguirá reuniendo, sumando nuevos actores e instituciones para abordar e intervenir de mejor forma  a aquellas problemáticas que afecten a niños y niñas migrantes.

“Acordamos monitorear de formas constante la ciudad, con el fin de orientar a las familias sobre las prestaciones con las que cuentan las instituciones públicas para brindar apoyo, como también socio - educar respecto a la situación de vulnerabilidad que conlleva solicitar ayuda en compañía de niños y niñas”, señaló en tanto la Coordinadora de la OPD, Karen Vega.    

 

 

Orientación en terreno

Durante un recorrido realizado entre 13 y viernes 15 de enero, fueron contabilizados cinco familias venezolanas, conformadas por 18 personas, entre ellas ocho niños y niñas de entre tres y doce años. Señalaron llevar alrededor de un mes en el país, ingresando por pasos no habilitados y que irían a la región Metropolitana a encontrarse con familias que ya se habrían estabilizado en el país.

Respecto a la situación de mendicidad en compañía de niños y niñas, señalaron no contar con un lugar en el cual dejar a sus hijos e hijas, pero que de todas formas entendían la indicación la cual busca velar por el “bien superior de los niños y niñas”.

Luego de realizar seguimiento y monitoreo, desde OPD Ovalle fue posible contactar a familiares quienes cuentan con mayor estabilidad en la región Metropolitana, señalando estar disponibles para recibirlos, fue así que la gran mayoría de las familias migrantes se trasladó hasta la capital.

 

 

 

 

Contenido relacionado

- {{similar.created}}

No hay contenido relacionado

Cargando ...

 

 

 

Diario El Ovallino