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Roberto Rivas Suárez
Luis Alarcón estaba viviendo en una mediagua autorizada en las orillas del río desde hace más de tres años, pero el robo de sus pertenencias y una posible agresión lo hicieron escapar del lugar y volver a su vida nómada

Ya tenía tres años con cierta “estabilidad”, luego de un largo recorrer por las calles y terrenos de la comuna. En 2018 a Luis “Luchito” Alarcón, le habían instalado una mediagua en el sector Potrerillos Bajo, donde vivió tranquilamente sin molestar y sin molestado por nadie.

Antes de eso, y por su condición de discapacidad cognitiva, “Luchito”, había dejado su casa familiar para aventurarse a recorrer y vivir en distintos lugares de la comuna, desde rucos que se improvisaba en algunos terrenos, hasta un paradero en la costanera “habilitado” para resguardarse del frío y la intemperie.

Pero en junio de 2018, por intermedio de Juan Rojas –propietario de una parcela al lado del río- a Alarcón se le levantó una mediagua en su predio y que pudiera vivir tranquilo el tiempo que necesitara.

Así estuvo hasta hace varias semanas, cuando sujetos desconocidos le habrían agredido y asaltado en su casita, obligándolo a desalojar el lugar.

Fue entonces cuando recibió -de nuevo- apoyo familiar para regresar al hogar, pero cuando igualmente decidió construirse un ruco con nylon, tablas y otros materiales. Actualmente duerme en un terreno al final de avenida Las Torres, en la población Limarí.

Guatón agresivo

Concentrado en sacar un clavo para reparar una maltrecha silla, “Luchito” explicó a El Ovallino su decisión de dejar la mediagua del río.

“Había un guatón que me quería pegar. Me decía que me iba a pegar. Se llevó mis cosas y me iba a pegar”, explicó Luis en su limitación y sin levantar los ojos de su tarea. Señaló que él no le quería hacer daño a nadie, solo que no le maltrataran.

Apuntó que la gente del sector, frente a la multicancha comunal, se ha portado muy bien con él y que los estudiantes que pasan lo ven y lo saludan de lejos. Dijo además que hay gente que le colabora con agua y comida.

“En la iglesia me ayudan. Los de la panadería me ayudan. La gente me da agua y yo cocino aquí”, explica con su eterna sonrisa por los apoyos que recibe.

Dice, eso sí, que no está seguro de querer regresar al río.

Terreno disponible

Consultado sobre la situación de su ex “vecino”, Juan Rojas, propietario del terreno en el que vivió Luis, confirmó que este fue víctima de robo con intimidación y que por eso se había ido del lugar.

“Se le llevaron todas las cositas que tenía Luchito ahí, le robaron la plata, los alimentos, la ropa de cama. Desde allí le robaron hasta los documento, por eso él, por miedo se tuvo que ir. Primero me dijeron que se fue para la casa de la familia, pero luego le perdimos la pista”, apuntó Rojas.

Destacó que como mantenía contacto con la Municipalidad, por haber conseguido que le dieran una mediagua, usó ese mismo canal ponerse a disposición.

“Yo me contacté con su familia a través de la Municipalidad, ofreciéndole la mediagua, para que la pudieran instalar en otro sitio, si así lo querían”.

Explicó que una vez que Luchito se fue del lugar, desarmaron y retiraron la pequeña estructura, para evitar que alguien la robara o destruyera, por lo que la tienen resguardada en su predio a la espera de alguna respuesta por parte de la familia.

“Es una pena que esto le esté pasando, porque él es muy sano, muy buena persona el Luchito. Desde que le cedimos un pedazo de la parcela para que viviera tranquilo, estaba más cómodo. Él estaba viviendo tranquilamente allí sin molestar a nadie”, apuntó Rojas.

Adelantó que está abierto a la posibilidad de que regrese a la parcela, tratando de ofrecer mayor estabilidad y seguridad a Luchito. “No tengo ningún problema en que se le arme la casita de nuevo y viva en ese pedacito de la parcela”.

 

 

 

 

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