• Parte de la directiva del Club Social Árabe
Obligados por los problemas de guerra en su país, miles de palestinos llegaron a Chile en el siglo XX para radicarse en diferentes ciudades, y Ovalle no fue la excepción.

En el año 1945 se formó el Club Social Árabe,  agrupación de palestinos que residían en la comuna. La ubicación del dicho lugar fue en lo que es hoy en día se conoce como la multitienda Johnson, pero al paso del tiempo se trasladaron a calle Arauco, ya que la directiva de dichos años compró el local.

En un comienzo se pensó en llamarlo Club Palestino, pero se optó por Club Social Árabe, ya que así se podía abracar a los 21 países que conforman el mundo árabe.  Fue así como en el año 1962 llega a Chile un joven de 24 años proveniente de Belén, llamado Victor Harcha Lassen, quien se radica en Ovalle por temas de amor. Es así como se integra como parte del directorio en la agrupación Árabe, pero no fue hasta 1992, que fue elegido Presidente del Club Árabe de Ovalle.

Desde que comenzó a regir como Presidente el club tuvo múltiples cambios, ya que se amplió y remodelo la infraestructura del lugar, todo gestionado en su mayoría por dinero de los mismos palestinos que residían en Ovalle. Además y como consecuencia de una mejorada y remodelada infraestructura el local comenzó a ser cotizado, y se llegó a lo que es hoy en día a un conocido restaurant. Esto se logró a través de una concesión con Isabel Hernández, quien es arrendataria del Club Árabe.

Actualmente la directiva que conforma a la colonia árabe en Ovalle está encabezada por el ya nombrado Victor Harcha Lassen, quien es el presidente del club, a éste le sigue el vicepresidente Felipe Alamo, el tesorero  Abraham Tare Sarrás, secretario Enrique Lama, tesorero (s) Victor Harcha Sarrás. Asimismo la directiva que vendrían a ser los concejeros está integrada por Hanna, Jorge y Saba Harufe, además de Luis Alamo. Asimismo  Victor Harcha, presidente de la comunidad árabe, ya lleva más de 25 años en su puesto e indica que es debido a su destacado desempeño. “Yo he cumplido con mi tarea como presidente y la colonia árabe está contenta conmigo. Y como yo había llegado de medio oriente eso le gusto a la gente, pero en si el grupo árabe estaba muy mal, pero cuando lo compramos acá empezamos a agrandar y hacernos más socios acá en ovalle”, comentó.

Tradiciones que nunca se pierden

Es bien sabido que al alejarse de las costumbres es muy difícil volver a practicarlas, no obstante los palestinos, siguen arraigados a las tradiciones de su país de origen.

En Ovalle son cerca de 250 árabes los que viven en la comuna, antes era un número más cuantioso pero como en todo ciclo de la vida, los hijos emigran según Harcha. “Cuando llegamos a Chile nos dimos cuenta de que éramos hartos en la comunidad árabe. Acá en Ovalle también, pero los hijos se han ido a estudiar a la universidad y se quedan viviendo allá. Después vienen, pero de visita”.

Asimismo la colonia se reúne para celebrar matrimonios, los cuales no son muy diferentes a los católicos, ya que son ortodoxos. Por otro lado está el bautismo donde a la persona (puede ser un recién nacido o una personas adulta) la ponen dentro de una tina grande con agua caliente y un poco de aceite, para después rezar y sumergirlo cuidadosamente tres veces, luego la madrina lo saca de la tina, lo seca y lo viste, para finalmente cortarle un poco de pelo, el cual es entregado a la madre.

Del mismo modo, hace algunos años se realizaban las “Noche Árabes” instancia en la que se reunía a todos los integrantes de la colonia en Ovalle y disfrutaba de una buena noche en compañía de otros compatriotas, pero esto cesó debido a la preocupación que existe por las guerras que atormentan al mundo árabe. “Nos produce impotencia ver lo que ocurre en medio oriente. Niños y niñas que no tienen la culpa de nada están sufriendo y muriendo por culpa de las guerras. Es por esa razón que no hacemos las noches árabes, porque tenemos rabias, estamos enojados con todo lo que pasa en nuestra tierra” expresó Harcha.

Por otro lado, el club también lo utilizan para recepcionar a familiares de una persona fallecida de la comunidad árabe, explica Harcha. “Cuando fallece un palestino o un árabe, nosotros tomamos el mando de atender al público que viene de afuera, que es pariente de la persona que y lo invitamos al club les servimos café, comida, de todo para que el duelo no sea tan doloroso”

La vida de la comunidad árabe en Ovalle

Dentro de las familias árabes que se encuentran viviendo en la ciudad, es difícil dejar de pasar a los Yagnam, Alamo, Harufe y Harcha, entre otros.

Actualmente los Harcha tienen una familia constituida por cinco hijos y diez nietos. Su fuente laboral es la relojería ubicada en calle Arauco. También los Harufe que son dueños de la tienda “Deportes Hanna Jarufe”, la cual será trasladada debido a la demolición del edificio y los Yagnam quienes son dueños del hotel céntrico de la ciudad.

Victor Harcha, Presidente del Club Social Árabe comenta que su llegada a Ovalle fue porque le consiguieron una novia en aquellos años 60’. Posteriormente contrajo matrimonio y su suegro le otorgó el local para que pudiera realizar su oficio de relojero. “Cuando llegué para acá me alegré de que hubieran tantos árabes. Eso me gusto bastante, pero a veces la gente nos dice turcos y nosotros no somos turcos, porque la dominación de ellos en Palestina duro hasta la primera guerra mundial y después se acabó”.

Es así como esta comunidad se ha sabido adaptar, ganarse la vida honradamente y ganarse el cariño de todos quienes los conocen en la perla del Limarí.  “La gente de Ovalle siempre nos ha tratado bien. Desde el primer día en que llegue a Chile me sentí cómodo. Y más acá en Ovalle que tengo una fuente de trabajo, que formé una familia, con hijos y nietos. La gente a uno ya lo conoce y sabe como uno trabaja y es con los demás”.

Ayuda a la comunidad

A través de los arriendos que realiza el Club Social Árabe y del dinero que sale del bolsillo de las mismas personas de la colonia, ellos pueden obtener fondos que serán utilizado para remodelar las instalaciones del lugar, pero no solo eso, ya que al momento de fallecer una persona de la comunidad ellos corren con los gastos para recibir a las familias, brindarles apoyo y ofrecerles comida, café, entre otras ayudas.

Además una vez al mes dan donaciones como pañales y comidas al hogar de ancianos, pero no solo eso sino que también al Hogar de Cristo y a los bomberos, quienes trabajan sin fines de lucro.

“Nosotros siempre damos donaciones a fundaciones que lo necesiten. También muchas veces hemos dado dinero a personas que sufren enfermedades terminales. A veces nos llegan cartas al club o aquí en la misma relojería y nosotros tratamos de ayudar lo que más podamos a esas personas que tanto lo requieren”, expresó Victor.

 

 

 

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